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Ser madre, esposa y dueña de casa, es una enorme responsabilidad; más aún si además trabaja fuera de la casa.
En nuestra sociedad uno de las creencias más promovidas es que la mamá siempre tiene que estar lista, ser una heroína, para satisfacer todas las necesidades, de sus hijos, parejas o jefes en el trabajo. En pocas palabras, la madre es la responsable de todo lo que pase o deje de pasar.
Las mujeres se autoimponen un papel en donde no tienen derecho a equivocarse, quejarse, asumiendo que todo tiene que ser perfecto, y además con una sonrisa constante.
Este tipo de mujer vuela sobre el tráfico para llevar temprano a sus hijos al colegio, tiene todas las respuestas, es la mejor doctora y cocinera. Va de compras, arregla la casa y además intenta ejercer su profesión.
El papel de la mujer es muy importante en una sociedad, pero eso ni quiere decir que ella sea “súper poderosa”. Al revés, ser mamá, esposa y dueña de casa, es una enorme y difícil responsabilidad; más aún si además trabaja fuera de la casa. Por eso, la mujer necesita de una estrategia para evitar que todas las actividades la dejen agotada.
La madre debe tener un momento para sentarse tranquila; al menos una hora por día. Algunas mujeres que tienen hijos y trabajan afuera, se despiertan una hora más temprano para crear este momento de paz.
Si no puede tomarse una hora, debe intentar relajarse unos quince minutos. Y otra cosa importante es no malgastar el tiempo limpiando siempre la casa. De todas formas, nunca estará lo suficientemente limpia.
Por Karen Quezada.
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