Intensos bombardeos aéreos israelíes contra la franja de Gaza dejaron el sábado 9 muertos y destruyeron la sede del gobierno de Hamas, mientras 20.000 reservistas de Israel integraban sus unidades, muchas de ellas en las afueras del enclave palestino.
Desde el lanzamiento el miércoles de la operación “Pilar de defensa”, 38 palestinos murieron y 345 fueron heridos en los ataques aéreos israelíes, según fuentes médicas palestinas. Tres civiles israelíes murieron el jueves cerca de la franja de Gaza.
Nueve palestinos, de los cuales al menos cuatro eran combatientes del Hamas (acrónimo en árabe del Movimiento de Resistencia Islámica, en el poder en Gaza), murieron el sábado de mañana, según fuentes médicas palestinas.
Los ataques aéreos continuaban a un ritmo regular hacia el mediodía del sábado, según los periodistas de la AFP. Unos 180 ataques aéreos se registraron en la noche del viernes, de acuerdo con un recuento de la televisión israelí.
Una portavoz militar israelí señaló “más de 830 ataques” contra Gaza desde el miércoles. Un total de 367 cohetes fueron disparados desde la franja de Gaza contra Israel, de los cuales 222 fueron interceptados por el sistema antimisiles “Iron Dome” (Cúpula de Hierro), agregó.
Cuatro soldados israelíes sufrieron heridas leves el sábado de mañana por un cohete que cayó en la región de Eshkol, en el límite del territorio, en el sur de Israel, indicó el ejército del Estado hebreo.
Las Brigadas Ezedin al Qasam -brazo armado del Hamas-, afirmaron en un comunicado que dispararon cinco obuses de mortero contra una “posición” en Reim, una localidad israelí cercana a la parte central del enclave palestino.
20.000 reservistas listos para entrar en acción
El viernes, el enfrentamiento había superado una etapa suplementaria con el disparo de un cohete que cayó -sin causar víctimas- a 5 km al sudoeste de Jerusalén.
Era la primera vez que un cohete lanzado desde la franja de Gaza caía tan cerca de la Ciudad Santa, el corazón político de Israel, a unos 65 km del enclave palestino.
Este disparo tuvo lugar después de los tiros del jueves y del viernes de tres cohetes contra la región de Tel Aviv, la capital económica del país, más al norte, dos de los cuales cayeron en el mar. También en este caso, era la primera vez que un proyectil disparado desde Gaza caía tan lejos en el territorio israelí.
Unos 20.000 miembros de la reserva del ejército, convocados urgentemente, integraron sus unidades el sábado de mañana.
El viernes, el gabinete de seguridad israelí aprobó la movilización de 75.000 reservistas, que debe ser ratificada por todos los miembros del gobierno durante la reunión del gabinete el domingo.
Por otra parte, Israel había bloqueado todas las rutas principales alrededor del enclave palestino, cerca del cual se concentraron vehículos blindados de tropas y topadoras.
Después de la visita del primer ministro egipcio Hisham Qandil el viernes de mañana, el ministro tunecino de Relaciones Exteriores, Rafik Abdesalem, llegó el sábado de mañana a Gaza, donde visitará el hospital Al Shiva y se reunirá con los dirigentes del Hamas.
El viernes de mañana, el presidente norteamericano Barak Obama habló nuevamente por teléfono con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y con el presidente egipcio Mohamed Mursi, a los cuales pidió que dieran marcha atrás en la escalada de las tensiones en la franja de Gaza, según la Casa Blanca.
En Nueva York, la ONU anunció la próxima visita del secretario general Ban Ki-moon a la región para tratar de convencer a los israelíes y los palestinos de que acuerden una tregua. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, precisó que dicha visita tendría lugar “dentro de dos o tres días”.
El jueves, Netanyahu, en plena campaña electoral antes de las legislativas anticipadas del 22 de enero, había dicho que su país tomaría “todas las acciones necesarias” ante los cohetes lanzados desde Gaza.
En Cisjordania, Abas aseguró que la ofensiva israelí no detendrá el pedido de que se otorgue a Palestina el estatuto de Estado no miembro de la ONU, previsto el 29 de noviembre, a pesar de la oposición israelí.
Israel había lanzado su operación asesinando en un ataque aéreo selectivo al jefe militar del Hamas, Ahmed Jabari, el responsable palestino de mayor jerarquía muerto desde la devastadora ofensiva “Plomo endurecido” (diciembre 2008-enero 2009), que no logró detener los disparos de cohetes palestinos.