Hace 4 días atrás, publiqué una columna basada en el generalizado rechazo de la ciudadanía y televidentes, al bullado docu-reality conocido como “Las Argandoña”, formato que saldrá al aire, aparentemente, este 9 de octubre.
En éste, expresé mi repudio a la realización y contenido del programa, a los excesivos costos de producción y a los honorarios de sus principales protagonistas. Pero también me es necesario aclarar ciertos conceptos a los lectores de mi columna, como también a quienes se oponen a esta obra cultural de TVN, comentarios expresados mayoritariamente a través de las redes sociales.
En vista a las confusiones que hay en la gente frente a como funciona Canal 7, quiero explicar, que esta señal televisiva es una cadena que pertenece en su totalidad al Estado, y que es el único canal de televisión público del país. Pero a diferencia de otras naciones, no recibe aporte económico por parte del Estado (establecido en la Ley 19.132 del año 1992), por lo cual debe autofinanciarse, recursos que obtiene en base a ventas de publicidad, de programas propios a medios extranjeros, etc.
Por ende, el programa en cuestión se produce en base a ingresos que percibe por el pago por conceptos de avisaje de empresas y compañías, durante la emisión del reality.
En resumen, si bien Televisión Nacional es un medio de comunicación público, el Estado no gasta ni un peso en “el canal de todos los chilenos”, y por ende, en la producción de “Las Argandoña”.
Pero quisiera agregar, que mantengo mi opinión detractora frente a la emisión y contenido de este programa, y explicaré, algunas razones del por qué se origina este rechazo social.
Primero, queda claro que la razón principal es por los escandalosos montos exigidos por sus cuatro principales protagonistas, es decir, Raquel Argandoña, Raquel Calderón, Oscar Peña y Pablo Schilling, que bordean en su conjunto los 500 millones de pesos, por un espacio de tiempo de 5 meses.
Segundo, el costo de producción del espacio, que se explican en las exigencias de la animadora y la implementación de una lujosa casa en que graban la serie ubicada en el oriente de Santiago.
Tercero, en el apoyo del canal público, refrendado aún mas, en los comentarios emitidos esta mañana a un medio de prensa radial, por su director ejecutivo, Mauro Valdés, quien justificó el espacio indicando textualmente que “en la televisión hay distintos programas y distintos formatos y, obviamente, en calidad de canal y canal público los abordamos todos. No es un tema complicado, nosotros somos televisión y televisión pública, y hoy día estamos en un tema que nos tiene profundamente orgullosos”.
No se puede esperar más del directivo del canal, pues es parte del equipo ejecutivo que apoyó y dio luz verde al proyecto. Pero su afirmación, no hace más que aumentar las críticas a TVN, puesto que la gente califica como una vergüenza el contenido del docu-reality y el como un medio de TV público emitirá un espacio que sólo es la muestra de la obsesión por el dinero y el lujo de su principal protagonista.
Lo cuarto es, la falta de credibilidad y de sensatez de Raquel Argandoña, que se ejemplifica en su papel como panelista y comentarista de farándula en el matinal Buenos Días a Todos, donde opina y se mete en la vida de personajes públicos. Pero cuando la cosa es al revés, y la prensa se le acerca para conseguir una cuña sobre hechos que protagoniza, ella es capaz de agredir verbal y físicamente a un periodista. Inaceptable.
Lo quinto se explica, cuando el abogado Hernán Calderón, sale en defensa de su ex pareja y de su hija Raquel, en alusión a los honorarios que éstas recibirán. Este declaró al diario La Cuarta, textualmente: “cuánto ganaba Felipe Camiroaga en su momento y nadie salió descalificando a Felipe diciendo ‘ah, él ganaba sobre 20 millones al mes’ y resulta que en ese momento el sueldo mínimo era de 173 mil pesos”, lo que causó la furia en la redes sociales, por referirse al popular fallecido animador.
Y, por último, lo insípido e insustancial contenido del docu-reality.
Lo que me preocupa es, que esta misma gente que se opone en forma tenaz a “Las Argandoña”, caiga en la bipolaridad característica del chileno, dándole una buena sintonía al programa. Eso sería más grave aún, ya que le daría en el gusto a los protagonistas del espacio.
Víctor Huidobro es periodista. Vive en Santiago y escribe regularmente en su blog, El Nada Serio. Tiene su cuenta de Twitter en @elnadaserio.