Los soldados y los rebeldes sirios se enfrentaban este viernes con virulencia cerca de las bases militares de Alepo (norte), donde entraron en acción helicópteros del ejército, según militantes.

También estaban convocadas nuevas manifestaciones para reclamar la caída del régimen de Bashar al Asad tras la oración del viernes, como cada semana desde el inicio del conflicto hace 18 meses.

“Los bien amados del profeta en Siria están siendo masacrados” es el lema de esta jornada. Esta alusión al profeta Mahoma no es fortuita, pues el mundo musulmán está sacudido por violentas manifestaciones contra un vídeo de carácter islamófobo y caricaturas del profeta publicadas por un semanario francés.

En la gran metrólpoli del norte, Alepo, se registraban combates en torno al cuartel de Hanano y los helicópteros del ejército ametrallaban el sector, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

También se registraban enfrentamientos en el barrio de Bab Nasr, se oían tiroteos intensos en Halab al Jadida y bombardeos de las fuerzas gubernamentales en los barrios de Sajur, Baadin, Bustan al Qasr y Jan al Asal, precisó la ONG.

Cerca de Alepo, se registraban enfrentamientos en el sector del aeropuerto militar de Managh, según la misma fuente, que informó de la muerte de medio centenar de personas el jueves en la provincia de Alepo, de ellas, cerca de 40 en la ciudad.

En Damasco, se escuchó una fuerte explosión en Dumar al Balad, probablemente de un coche bomba, así como intensos tiroteos tras la deflagración, agregó el OSDH que no dio parte de pérdidas humanas.

En la provincia de Homs (centro), un civil perdió la vida en los bombardeos de la ciudad de Rastan el viernes por la mañana; en el este del país, las tropas bombardeaban un barrio de Deir Ezzor.

En el sur, Dael, provincia de Deraa, también era bombardeada por el ejército, dijo el OSDH.

El jueves fue una jornada particularmente sangrienta en todo el país, con la muerte de al menos 225 personas, 140 de ellos civiles, 39 rebeldes y 46 soldados, según la OSDH que cuenta con una red de militantes y médicos en el terreno.