El gobierno francés afirmó el martes que la ampliación del derecho de voto de los extranjeros a los no originarios de la UE en las elecciones locales será aprobado en 2013, confirmando una promesa electoral del presidente François Hollande.
El derecho de voto de los extranjeros no originarios de la UE, tema polémico en la política francesa desde hace 30 años, era una de las propuestas del programa de Hollande en su campaña por la presidencia.
La ministra de la Vivienda, la ecologista Cécile Duflot, declaró el martes a la emisora France Inter que la medida será tomada “el año próximo” para ser aplicada en 2014, año en que están previstas elecciones municipales en Francia.
Recordando que se trata de “una promesa del presidente de la República” la ministra argumentó que la medida es “una reivindicación fuerte y un poderoso elemento de integración”.
El otorgamiento del voto a los extranjeros no originarios de un país de la Unión Europea (éstos ya lo tienen) requiere una reforma de la Constitución francesa.
Varias declaraciones dieron la impresión el lunes de que había una cierta tensión al respecto en la mayoría.
Setenta y cinco diputados socialistas pidieron el lunes el rápido cumplimento de esa promesa, pero al mismo tiempo el ministro del Interior, Manuel Valls, manifestó reticencias, estimando que ese derecho “no es una reivindicación fuerte de la sociedad francesa” ni un “elemento fuerte de integración”.
El ministro de Agricultura, Stéphane le Foll, consideró, por su parte que “no es una prioridad”.
El tema es objeto de fuertes críticas por parte de la oposición de derecha.
En Europa, varios países han otorgado ya el derecho de voto a los extranjeros en las elecciones locales, como Suecia (en 1975), Dinamarca (en 1981), Holanda (en 1983), Luxemburgo (2003) y Bélgica (2004). España, Portugal y Gran Bretaña lo otorgan a los ciudadanos de ciertos países: España y Portugal a condición de reciprocidad y Gran Bretaña a los ciudadanos de países de la Commonwealth.