Una sorpresiva fiscalización realizó el Servicio de Impuestos Internos en las ramadas universitarias que se realizaron en Concepción. Se trata del cobro de un impuesto por comercialización, que no perdonó a los jóvenes que se encontraban vendiendo productos propios de estas fechas.
El Servicio de Impuestos Internos, el mismo que otorgó el llamado “perdonazo” a la empresa Jhonson’s de 59 mil millones de pesos, llegó con un equipo fiscalizador a las tradicionales ramadas de las universidades Católica de la Santísima Concepción, del Bío Bío y de Concepción.
En dichos lugares el organismo pretendía cobrar un impuesto a los estudiantes que se encontraban vendiendo empanadas, bebidas, choripanes, entre otros productos.
Una singular medida que de acuerdo a Roberto Rojas, Director Regional Subrogante de Impuestos Internos, no se trata de exigir boletas, si no que el organismo evalúa a los contribuyentes, hace una tasación y se determina un impuesto.
Medida que en el caso de la Universidad Católica de Santísima Concepción fue rechaza por Eric Aedo, director de Apoyo a estudiantes y docente de la Facultad de Economía, quien les expresó su preocupación a los fiscalizadores, los que finalmente no ingresaron a cobrar el polémico impuesto.
Bajo esta premisa, los fiscalizadores del Servicio de Impuestos Internos podrían llegar a un bingo o rifa solidaria y cobrar un impuesto por vender trozos de torta y café en el gimnasio de alguna escuela pública.