Julian Assange, australiano, se encuentra hoy asilado en la embajada de Ecuador en Londres para evitar que, una vez llevado a Suecia para ser procesado por las denuncias en su contra por abuso sexual, sea extraditado a Estados Unidos, donde el panorama judicial se vislumbra más sombrío.
En Norteamérica, el hacker más famoso de la era informática sería blanco de un eventual juicio por Traición, delito que en el peor de los casos podría ser castigado con pena de muerte o cadena perpetua.
Pero, ¿por qué Assange sería ‘traidor’ de una patria que no es la suya? Según Estados Unidos, y en base a las múltiples especulaciones, debido a la liberación de miles de documentos en WikiLeaks que habrían revelado los secretísimos procesos militares estadounidenses en sus campañas en Oriente Medio.
Así, correspondería entonces consultar si la Constitución de Estados Unidos, que tipifica en el Artículo 3 – Tercera Sección cuando es cometido el delito de Traición, se ajusta al caso:
“La traición contra los Estados Unidos sólo consistirá en hacer la guerra en su contra o en unirse a sus enemigos, impartiéndoles ayuda y protección. A ninguna persona se le condenará por traición si no es sobre la base de la declaración de los testigos que hayan presenciado el mismo acto perpetrado abiertamente o de una confesión en sesión pública de un tribunal”, establece el cuerpo legal.
Assange y sus colaboradores de WikiLeaks no se levantaron en armas contra Estados Unidos, mas para estos últimos la acción de revelar información de carácter bélico-estratégica sería superior o igualmente grave.
Ante el presente escenario, cabe preguntarse si un chileno –o ciudadano de cualquier otra nacionalidad- podría ser condenado por Traición a EEUU. La respuesta al ejercicio interrogativo da como resultado un sí, eventualmente podría suceder.
“Cualquier país del mundo puede interpretar el Derecho”, asegura Olga Ulianova, analista y directora del IDEA de la USACh, dando cuenta del caso Assange y su similitud con cualquier otro proceso –hipotético- que involucre a una persona de nacionalidad ajena a la estadounidense que sea sindicada como sospechosa.
Julian Assange hoy y lo que se viene
El cabecilla de WikiLeaks se encuentra asilado en la embajada de Ecuador en Londres desde el 19 de junio de este año. En el satélite diplomático, pretende mantenerse lo más lejos posible de su traslado a Suecia, donde pesan en su contra causas pendientes desde 2010.
Assange y sus cercanos rehuellen de esa posibilidad, y no precisamente por las imputaciones en la nación escandinava, sino por la presunta intención de Estados Unidos de solicitar su extradición para juzgarlo en tierras americanas.
Este último caso sin embargo, aunque viable, se vislumbra difícil de concretar, ya que según señala Olga Ulianova, Suecia no visa extradiciones hacia países donde exista la pena de muerte; práctica subrayada por la justicia sueca hace algunos días.
En este contexto, cabe del mismo modo mencionar la crisis diplomática entre Ecuador e Inglaterra generada a la luz de la petición de asilo del australiano. El propio Assange señaló que enviados británicos ya intentaron entrar a la legación sudamericana, en circunstancias que fueron detenidos antes de aprehenderlo.
Asimismo, WikiLeaks, el portal causante de la controversia internacional, ha visto mermadas sus publicaciones producto de lo que, acusan, sería un “bloque financiero ilegal” propiciado por Estados Unidos, que no les permite solventar sus gastos operativos.
¿Qué se puede esperar para Julian Assange? Por lo pronto, un refugio indefinido en la embajada ecuatoriana al tiempo que se insiste en conseguir un salvoconducto que le permita salir de Inglaterra, petición a la que los tribunales de la isla ya han contestado que no.