El actual presidente de Islandia, el socialista Olafur Ragnar Grimsson, fue reelegido para un quinto mandato el sábado, tal como reconoció su contrincante, la periodista Thora Arnorsdottir.

Cuando se habían escrutado un 48% de votos, Grimsson, de 69 años, conseguía un 52% de votos, y Arnorsdottir, que interrumpió la campaña en mayo para dar a luz por tercera vez, recababa un 33%.

“Fue una experiencia valiosa. Ahora me tomaré unas vacaciones y me ocuparé de mi nueva hija y de mis otros hijos”, dijo al canal RUV la periodista y presentadora de televisión de 37 años, sin experiencia política ni partido. Grimsson encabezaba los sondeos desde marzo pasado, cuando anunció que se presentaría nuevamente respondiendo a una petición de 30.000 firmas que lo exhortaba a reconsiderar su decisión de no ser cadidato.

Grimsson consolidó su popularidad por haberse negado, en dos oportunidades, a promulgar una ley desfavorable para los contribuyentes. Según ese texto, los islandeses debían indemnizar a Gran Bretaña y Holanda, cuyos ahorradores habían sido perjudicados por la quiebra del banco en línea Icesave en 2008.

Después de la crisis económica y financiera de 2008, cuando quebraron los tres principales bancos del país, esta isla del Atlántico norte volvió a experimentar un crecimiento gracias a la ayuda del Fondo Monetario Internacional. El papel del presidente, influyente pero sobre todo simbólico, ha sido uno de los principales temas de la campaña electoral. Aunque iba primero en los sondeos, Grimsson es un personaje polémico en su país.

A pesar de las críticas de los islandeses a las violaciones de los derechos humanos en China, el mandatario saliente desarrolló fuertes relaciones con ese Estado. También se opone categóricamente a la adhesión de Islandia a la Unión Europea, pues teme una pérdida de soberanía para su país, que en 2009 inició negociaciones con Bruselas.

Este ex profesor de universidad fue elegido presidente por primera vez en 1996 para un mandato de cuatro años, pero sólo ganó dos elecciones presidenciales, pues en 2000 y en 2008 era el único candidato y fue prorrogado automáticamente.

La personalidad de Thora Arnorsdottir, una madre no casada de tres hijos que milita por los derechos de la mujer y por la neutralidad sexual, sigue la línea de las mujeres islandesas que han ocupado cargos de responsabilidad.

Vigdis Finnbogadottir fue la primera mujer del mundo en ser elegida presidenta democráticamente (1980-1996), la primera ministra Johanna Sigurdardottir es abiertamente homosexual y la Iglesia islandesa acaba de ordenar a su primera mujer arzobispo.