Un perro Gran Danés que habita en Kansas (EEUU), llamado ‘J. Matthew’, se transformó en un “héroe canino” de la noche a la mañana tras protagonizar un noble acto: salvar a su dueña de la dura golpiza que estaba sufriendo a manos de su novio.
El hecho, ocurrido hace poco más de tres meses, se originó cuando la pareja de la mujer -apodada “Mackenzie” para resguardar su identidad- la atacó en su hogar por motivos hasta ahora desconocidos, empujándola contra una pared con tanta fuerza que incluso la atravesó con el cuerpo de la víctima.
Al escuchar ruidos, J. Matthew se acercó al lugar a ver qué estaba pasando y se encontró con la brutal escena. No lo dudó dos veces y, anteponiendo la integridad física de la mujer por sobre la suya, se puso en medio de la pelea, recibiendo los golpes que iban dirigidos a ella.
De este modo el can, que pesa 63 kilos, se dedicó a proteger a la víctima hasta que el novio de ésta, ofuscado por la situación, lo tomó y lo tiró fuera de la casa para, posteriormente, dejarlo abandonado en medio de una transitada intersección.
Tras ello, la mujer logró escapar y se dirigió a una estación de la policía para denunciar el hecho. En el lugar, los efectivos la derivaron al albergue de mujeres más cercano, llamado ‘Rose Brooks Center’.
No obstante, Mackenzie confesó al programa “CBS This Morning”, donde contó su historia, que no podía dejar de pensar en J. Matthew.
Al llegar al recinto, le pidió a los encargados que la dejaran ir a buscar a su perro para luego regresar, pero le dijeron que allí no aceptaban mascotas. “Él salvó mi vida (…) sacrificó su cuerpo por el mío… ¿Cómo no podía salvarlo? ¿Cómo podía abandonarlo?”, agregó la mujer.
Minutos después, desde el albergue decidieron hacer una excepción y aceptar al perro en sus dependencias.
“Fue maravilloso ver el lazo que ellos tenían (…) el proceso de sanación que atravesaron juntos, realmente nos hizo darnos cuenta que ésto era algo que teníamos que hacer: necesitabamos proveer a las mujeres la oportunidad de traer sus mascotas” inció Susan Miller, encargada del ‘Rose Brooks Center’. Sobre todo, considerando que el 40% de las víctimas femeninas de maltrato admiten que no dejan sus relaciones abusivas porque temen dejar a sus perros y gatos, entre otros.
Tras salir del recinto luego de 90 días, Mackenzie y J. Matthew dejaron un importante legado: la creación de una política que permite que las víctimas lleguen con sus mascotas al ‘Rose Brooks Center’.
“Saber que una mujer nunca más tendrá que hacer esa elección, de tener que abandonar a sus mascotas por ponerse a salvo, vale absolutamente la pena”, concluyó Miller.