El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, planteó dudas sobre el derecho a legítima defensa en el juicio político que causó la destitución del ex Presidente de Paraguay, Fernando Lugo, y a la vez advirtió que “nadie quisiera que esto se transforme en una tendencia” en la región.
Esto, aludiendo el proceso que precipitó el fin del gobierno de José Manuel Zelaya en Honduras, en junio de 2009.
Insulza explicó que reconociendo que el artículo 225 de la Constitución del Paraguay confiere facultades a la Cámara de Diputados para iniciar un juicio político y al Senado para actuar como tribunal, “la comunidad internacional ha planteado dudas fundadas sobre el cumplimiento de las normas contenidas en los artículos 17 y 18 de la Constitución del Paraguay y en los tratados internacionales suscritos por ese país, que consagran los principios universales del debido proceso y del legítimo derecho de todo procesado a defenderse usando todos los recursos procesales, contando para ello con plazos suficientes entre el inicio del juicio y su conclusión”.
El máximo representante de la OEA sostuvo que lo que ha conmovido a la comunidad internacional “ha sido la percepción generalizada sobre el irrespeto al debido proceso y al derecho de legítima defensa”.
Según Insulza, esta circunstancia pudo ser apreciada in situ, por “la mayoría de los Ministros de Relaciones Exteriores de los países de UNASUR, y un representante especial del Secretario General de la OEA, que viajaron hasta Asunción con el propósito de obtener, precisamente, que se respetaran esas normas”.
“Son ya varias las ocasiones en que en algunos países, con apego a la letra escrita de la ley, se violan principios democráticos que deben tener vigencia universal”, afirmó, puntualizando seguidamente que “lo que nos afecta no es solamente el irrespeto de la ley, sino el hecho de que a la norma escrita se le busca una interpretación propicia para alterarla en los hechos”.
“La letra de la ley nunca puede amparar la violación de los principios”, precisó el jefe de la OEA, reiterando así su preocupación por los sucesos vividos en Paraguay este 22 de junio, y advirtiendo que “nadie quisiera que esto se transforme en una tendencia que empañe este período democrático de nuestra región, al que ha sido tan difícil llegar”, dijo.
Insulza ha sostenido conversaciones con cancilleres y embajadores de la OEA, para definir cursos de acción del organismo hemisférico, esperando tomar decisiones en los primeros días de la próxima semana.