El mensaje que la ex presidenta Michelle Bachelet envió a la Junta Nacional de la Democracia Cristiana el sábado último, sigue generando ruido en esa colectividad.
En la misiva, la ex mandataria entró por primera vez de lleno en el debate interno desde que se hizo cargo de ONU Mujeres, abogando por reformas políticas y económicas, entre ellas el sistema binominal, que han sido centro del la coyuntura política en los últimos días.
En declaraciones a La Radio, el precandidato presidencial de la DC, el alcalde Claudio Orrego, dijo que es evidente que no se trató de un simple saludo protocolar, sino derechamente de una carta política.
Manifestó que su silencio es respetable, pero desde el momento en que la ex Jefa de Estado comienza a romperlo de manera indirecta, es mejor que sincere su posición antes de las elecciones municipales de octubre.
La visión de Orrego, sin embargo, no es compartida por otros dirigentes de la Democracia Cristiana. Su vicepresidente, el diputado Fuad Chahín, quien respalda la opción del alcalde de Peñalolén, estimó que no es tarea de su partido apurar los tiempos de Bachelet.
En la misma línea, el diputado DC Pablo Lorenzini, llamó a dejar tranquila a la ex presidenta Bachelet y no presionarla para que tome ahora una decisión.
Pero no sólo en el plano interno causó reacciones el mensaje de la ex mandataria a la Junta Nacional de la Democracia Cristiana. El diario económico británico Financial Times lo califica como un manifiesto de campaña y una señal potente de su intención de competir en la elección presidencial del próximo año.
“Lo más interesante de la carta es que Bachelet puso con fuerza algunos elementos esenciales en la mesa: mayor equidad social y menos privilegios, fortalecer la educación pública, más inversión en salud, una verdadera reforma tributaria, para financiar lo anterior, y una reforma al sistema electoral. Esto ciertamente suena como un manifiesto de campaña”, dice una nota del corresponsal de ese medio para Sudamérica, Jude Webber.
Financial Times afirma que el rol de la ex jefa de estado en ONU Mujeres no ha disminuido los sentimientos de calidez de sus adeptos en Chile. “Es tal el nivel de simpatía que sienten por Bachelet -dice un bromista- que incluso ella podría traficar pandas sin dañar su imagen”, agrega la publicación británica.