Un lóbrego panorama parece tener la enseñanza de las ciencias en nuestro país, a juzgar por los resultados que la semana pasada dio a conocer la Universidad del Bío-Bío (UBB), en el marco de su Primera Encuesta Cultural Científica.
El sondeo midió los conocimientos de estudiantes de pedagogía con mención en Biología, Química y Física, de distintas Universidades pertenecientes al CRUCH, a imagen de una encuesta similar realizada en Europa, donde se certifica que los alumnos dominen conceptos básicos de las disciplinas que impartirán.
En Chile sin embargo, los resultados son insólitos: un 12% de los futuros profesores creen que los seres humanos convivieron con los dinosaurios, tal como se ve en las caricaturas, mientras que el 18% asegura que las plantas no poseen ADN.
Aún peor, el 32% de los estudiantes cree que el efecto invernadero está causado por el uso de energía nuclear, mientras que un abrumador 51% afirma que los antibióticos destruyen los virus.
Alexis Rebolledo, jefe de la unidad de investigación de la Facultad de Educación y Humanidades de la UBB, calificó los resultados como “devastadores y sorprendentes”, indicando que se da por supuesto que estos futuros docentes tienen un mayor interés por la ciencia. Incluso más preocupante resulta el hecho de que estos errores no sólo pertenecen a alumnos de 1º año de pedagogía, sino de entre 3º y 5º año, demostrando un fuerte vacío en el proceso formador universitario.
“Algunos de estos conocimientos, expresados de manera errónea en este cuestionario, tenían que ver no con la trayectoria de la Universidad, porque contrariamente a lo que uno pudiese esperar, que es que un estudiante que ya está en cuarto o quinto de la universidad hubiese superado ciertas ambigüedades en torno al conocimiento científico, las seguían sosteniendo, y eso tiene que ver ya con una cultura no científica en la cual la gente se está desarrollando cotidianamente”, indicó el sociólogo a Radio Universidad de Chile.
En tanto Jorge Babul, presidente del Consejo de Sociedades Científicas de Chile, llamó la atención sobre una responsabilidad compartida de profesores y estudiantes.
“La costumbre que tienen o no los estudiantes, la tienen muy poco, de hacerse preguntas, sus inquietudes, curiosidades, eso es muy importante al momento de uno tenerlos como estudiantes, y uno como profesor en la sala de clases”, indicó.
“La otra parte tiene que ver con uno mismo, cuánto es capaz de entusiasmar a los estudiantes por los conceptos que identifica, y aquí estoy hablando de formación no de información, porque la información la puede tener desde cualquier lugar, en Internet, etcétera”, sentenció Babul.