El canciller ruso, Serguei Lavrov, acusó el miércoles a Washington de armar a los rebeldes sirios, poco después de que la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, exhortara a Moscú a dejar de suministrar armamento al gobierno de Bashar al Asad.
Durante una conferencia de prensa en Teherán, Lavrov acusó directamente a Estados Unidos de abastecer de armas a los rebeldes sirios.
“Estados Unidos abastece de armas a la oposición, armas que son utilizadas en los combates contra el gobierno sirio”, afirmó el canciller ruso, quien justificó las ventas de armamento de su país a Siria porque “no violan ninguna ley internacional” ya que se trata de “equipos para la defensa”.
Es la primera vez que un alto funcionario ruso acusa abiertamente a Estados Unidos de abastecer de armas a los rebeldes sirios, ya que hasta ahora Rusia denunciaba a “potencias extranjeras”, sin identificarlas.
Poco antes, Clinton había dicho que el gobierno de Moscú insistía en armar al gobierno para que continúe con la represión.
“Hemos pedido directamente a los rusos que interrumpan sus entregas de armas a Siria”, dijo Clinton.
“Estamos inquietos con las últimas informaciones que poseemos, que indican que Rusia se apresta a enviar helicópteros de ataque a Siria, y eso provocará una escalada dramática en el conflicto”, dijo la secretaria de Estado, cuyo gobierno defiende la salida del presidente Bashar al Asad del poder.
Hafa, purgada de bandas “terroristas”
Las autoridades sirias afirman haber “reinstalado la seguridad y la calma en la región de Hafa después de haber purgado las bandas terroristas armadas que han aterrorizado a los habitantes”, informó la agencia oficial de noticias Sana citando una fuente oficial.
El ministerio sirio de Relaciones Exteriores pidió a los observadores de la ONU que “vayan a Hafa para verificar la situación” directamente, donde “los terroristas han cometido robos y asesinatos”.
Un equipo de observadores que trató el martes de llegar a Hafa fue bloqueado por habitantes de una aldea vecina que apoyan al gobierno de Al Asad. Los vehículos de la ONU incluso fueron blanco de disparos, según Naciones Unidas.
Rami Abdel Rahman, director del opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), informó previamente que los rebeldes del Ejército Sirio Libre (ESL, formado por desertores del ejército regular) en Hafa realizaron un “repliegue táctico” ante el avance de las fuerzas gubernamentales.
Un militante local, Abu Mohamed, contactado por AFP mediante Skype, dijo que después de la retirada del ESL las milicias favorables al régimen, los chabiha, “comenzaron inmediatamente los saqueos”.
El OSDH informó que el miércoles murieron 15 personas (14 de ellas civiles) en choques violentos en todo el país, en especial en la región central de Homs, donde “las fuerzas regulares bombardearon desde las primeras horas del día el barrio de Jalidiyé, donde cayeron decenas de morteros”.
En Damasco, la cancillería siria reaccionó ásperamente a las declaraciones atribuidas a un alto funcionario de la ONU sobre un supuesto estado de guerra civil en el país, alegando que en realidad “el gobierno lucha contra el terrorismo”.
Este miércoles Francia insistió en calificar la situación de guerra civil.
“Cuando masivamente grupos pertenecientes a un mismo pueblo se desgarran y se matan entre sí, si a eso no se le llama una guerra civil, entonces lo que está ocurriendo es incalificable”, afirmó el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius.
Paralelamente, “las autoridades liberaron el miércoles a 500 detenidos” implicados en la revuelta popular que estalló el año pasado “pero que no tienen sangre en las manos”, de acuerdo con la agencia Sana.