De acuerdo a nuevos estudios neurocientíficos de la Universidad de California (EEUU), la falta de sueño disminuye la capacidad de ciertas regiones de nuestro cerebro que se ocupan de decidir qué comida consumimos. Esto, creen los expertos, podría explicar la estrecha relación entre la obesidad y el insomnio.
Para llegar a estos resultados, los investigadores analizaron el comportamiento de 33 adultos sanos después de una noche de sueño normal y, además, tras haber estado gran parte de una noche en vela.
En ambos casos, se les mostraron diferentes comidas mientras escaneaban su cerebro con el fin de determinar cuáles les apetecían más.
De este modo, la especialista Stephanie Greer y sus colegas descubrieron que el lóbulo frontal -el cual controla el comportamiento y la toma de decisiones, entre éstas seleccionar alimentos- funciona de peor forma cuando las personas duermen mal. Por ello, se les impide reunir los datos necesarios para elegir qué comida es más saludable.
Como consecuencia de lo anterior, los voluntarios del estudio que estaban privados de sueño escogían alimentos menos sanos, más grasos y también menos sabrosos.
“No son los centros relacionados con el placer y la recompensa los que hacen que comamos peor cuando no descansamos, sino el cerebro racional, que no procesa todas las señales para tomar decisiones ‘sabias’”, explicó Greer según lo informado por Muy Interesante.
Finalmente, cabe indicar que los resultados de esta investigación fueron dados a conocer en el congreso de la Academia Americana de Medicina del Sueño, ‘SLEEP 2012′.