Irán estimó el jueves que no se daban las condiciones para entablar negociaciones sobre su programa nuclear con las grandes potencias, al iniciarse el segundo día de contactos en Bagdad para sentar las bases de esas discusiones.
Las conversaciones, previstas solamente para el miércoles, fueron prolongadas un día y el jueves al mediodía los participantes seguían tratando de llegar a un acuerdo.
En las conversaciones participan Irán, la Unión Europea y los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia, China) más Alemania.
“Parece que las bases para una nueva sesión de negociaciones no existen todavía, al menos que en las dos horas que vienen las dos partes logren un acuerdo”, declaró el jueves a primera hora de la mañana un responsable iraní que pidió el anonimato.
La ausencia de un acuerdo sobre el mantenimiento de las negociaciones después de las de Bagdad, si se confirmaran, sería un fracaso para los partidarios de una solución del caso por vía diplomática.
La clave de la reunión de Bagdad era justamente tratar de sentar las bases de un proceso de negociaciones destinado a resolver la crisis en torno a este caso que envenena desde hace años las relaciones entre Irán y una gran parte de la comunidad internacional y hace planear la amenaza de un conflicto armado en la región.
El jefe de la delegación iraní, Said Jalili, y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, deberían dar cada uno una conferencia de prensa al término de las conversaciones.
“No hemos abordado la cuestión de la fecha y el lugar de las negociaciones después de las de Bagdad porque no hemos alcanzado esa fase en las conversaciones”, indicó el responsable iraní.
“La otra parte conoce la postura de Irán y sus propuestas, pero no hemos recibido respuestas a nuestras propuestas”, añadió.
“Parece que el nivel de las delegaciones 5+1 no sea lo suficientemente elevado para tomar las decisiones necesarias”, anotó. Este grupo está representado por altos funcionarios de Relaciones Exteriores.
El grupo 5+1 quiere tener “garantías” por parte de Irán de que no trata de fabricar el arma atómica, mientras que Irán desearía entre otros que se levantaran las sanciones impuestas por la ONU y que pesan sobre su economía.
El miércoles, el grupo 5+1 había presentado en Irán un paquete de propuestas calificadas de “interesantes”. El detalle no se dio a conocer pero podrían, según ciertos medios, requerir que Irán suspenda su enriquecimiento de uranio al 20%, una medida que parece ahora central en todo reglamento.
Pero Irán acogió mal las propuestas, consideradas “desequilibradas”, antes de presentar “contra-propuestas” y pedir una “revisión” de las propuestas de grandes potencias.
Teherán afirma que su programa nuclear es puramente pacífico, pero numerosos países ven una tentativa escondida de unirse al club cerrado de las potencias nucleares. Israel, que se siente amenazado y duda de la eficiencia de las sanciones contra Teherán, no excluye una eventual operación militar.
El jueves por la mañana, varios medios de comunicación iraníes acusaron a las grandes potencias de haberse alineado con Israel en las discusiones de Bagdad sobre este tema.
“El discurso (de los representantes 5+1) en las conversaciones se parecen mucho al del Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y de su ministro de Defensa”, Ehud Barak, según el corresponsal del canal de televisión en árabe Al Alam presente en Bagdad.
Las agencias semioficiales Fars y Mehr también acusaron en términos casi idénticos a las grandes potencias de alinearse con el Estado hebreo.