El jefe del Secret Service, Mark Sullivan, encargado de la protección del presidente estadounidense, pidió disculpas este miércoles en el Senado por el escándalo de prostitución que salpicó este cuerpo especial de policía en una cumbre en Colombia en abril pasado.
“Estoy profundamente decepcionado y pido disculpas por la mala conducta de estos empleados y la distracción que causaron”, declaró en una audiencia ante el Senado Mark Sullivan, en su primera declaración desde que estalló el escándalo.
“No tengo excusas para esos actos. Lo único que puedo decirles es que hemos actuado rápido”, agregó Sullivan, quien más tempano había asegurado que no hubo fallas en la seguridad del mandatario Barack Obama, tras realizarse una investigación.
“Nos hemos dirigido de inmediato a la comunidad de inteligencia, también para ampliar al máximo las investigaciones a fin de saber si hubo alguna falla en la seguridad vinculada con el incidente. Ninguna información desfavorable fue encontrada luego de estas investigaciones”, había indicado Sullivan en su testimonio sometido a la comisión de Seguridad Interior del Senado el miércoles por la mañana.
Doce agentes del Secret Service fueron investigados por haber frecuentado prostitutas en Cartagena, Colombia, previo a la llegada del presidente estadounidense Barack Obama a la cumbre de las Américas a mediados de abril.
Nueve de ellos fueron removidos de su cargo, renunciaron o se jubilaron desde que estalló el escándalo el 13 de abril. Varios militares también fueron señalados.
Las personas involucradas en el caso fueron rápidamente enviadas de regreso a Estados Unidos.
Sullivan indicó el miércoles que en el momento de los hechos, ninguno de los agentes involucrados había recibido “información sensible, documentos sensibles, armas de fuego, radios u otros equipos vinculados a la seguridad en su hotel”.
Por este caso fueron iniciadas investigaciones en el Departamento de Seguridad Interior, en el Pentágono, y en varias comisiones del Congreso.
Hace poco, el Secret Service anunció que había endurecido las reglas que se aplicaban a agentes fuera del país, entre otros acerca de su relacionamiento con extranjeros y el consumo de alcohol.