Los líderes del G8 presionaron este sábado a Teherán para que aproveche la oportunidad de demostrar que su programa nuclear tiene fines pacíficos.
“Hacemos un llamado para que Irán tome esta oportunidad que nació en Estambul, y que mantenga una postura abierta en Bagdad participando en discusiones en profundidad sobre medidas concretas en el corto plazo (…) con miras a una solución amplia y negociada que restaure la confianza internacional sobre que el programa nuclear iraní es netamente pacífico”, expresaron los mandatarios del G8 en el comunicado final, emitido desde Camp David (noreste).
El grupo recordó en la nota su “unidad” frente a la “profunda preocupación” por el programa nuclear de Irán, que los países occidentales consideran tiene un claro componente militar, pese a los desmentidos de Teherán.
El presidente estadounidense Barack Obama dijo poco antes que tanto él como sus socios mantenían las “esperanzas” sobre los resultados de las negociaciones de Bagdad.
El G8 también presionó a Teherán para que “cumpla con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos y libertades fundamentales”, principalmente la religión y la prensa, así como poner fin a las “torturas y ejecuciones arbitrarias”.