Un equipo de investigadores de la Universidad de Oregon en Estados Unidos aseguró haber descubierto la clave para que los niños coman verduras: Darles agua entre las comidas.
De acuerdo al estudio recogido por Daily Mail este líquido anima a los pequeños a tomar mejores decisiones en torno a su alimentación y fomenta un “apetito sano”.
Para llegar a esta conclusión, los expertos observaron el comportamiento de 75 niños de entre 3 y 5 años. En su análisis notaron que los pequeños que bebieron agua junto a la comida, consumieron mucho más vegetales crudos como zanahorias, en comparación con aquellos que ingirieron gaseosas.
Según una de las autoras del estudio, Bettina Cornwell, los niños desde temprana edad aprenden a asociar dulces y bebidas altas en calorías con alimentos salados y grasosos como las papas fritas.
“Nuestros gustos y preferencias están fuertemente influenciados por la exposición repetida a alimentos específicos y bebidas. Esto comienza desde que somos pequeños por la exposición a combinaciones de comidas ofrecidas por muchos restaurantes”, manifestó la especialista.
Por ello, aconsejó “servir agua con todas las comidas. Los restaurantes fácilmente podrían utilizar el agua como su bebida por defecto en los combos de comida para niños y cobrar extra por elegir otras bebidas”.
En este sentido, los investigadores señalaron que el vital líquido podría ser un simple y eficaz cambio en la dieta para combatir la obesidad.
El estudio también sugiere que el estímulo temprano de los sabores puede influir en las decisiones posteriores de la vida.