En el Aula Magna de la Universidad del Bío-Bío, se realizó el “Primer Seminario de Arquitectura Penal para una Reinserción Social”, que convocó a expositores de Chile y el Extranjero, donde se profundizó en los enfoques del castigo penal y la reincidencia delictual en la sociedad moderna.
Comparaciones del sistema carcelario chileno con la sociedad europea del siglo XIX, que emplea como referencia a Michael Foucault y su celebre obra “Vigilar y Castigar” sobre la base de panóptico, ocuparon el centro de la discusión durante la jornada que propuso un diseño innovador para la distribución y uso del espacio carcelario; esquemas de intervención psicosocial que propenda al trabajo y el aprendizaje técnico y en definitiva la restitución de las conductas de sujetos privados de libertad.
Según Gendarmería, se trata de principios encarnados en la Nueva Política Penitenciaria que propone la creación de recintos modelos, distintos a los tradicionales, en su mayoría con más de 100 años de historia y altos índices de hacinamiento, escenario que contribuye a elevar la sensación de estrés, tensión y violencia.
Fue el seremi de Justicia del Bío-Bío, Roberto Coloma, quien reforzó la necesidad de proyectar conceptos de trabajo y educación en las cárceles. “Estamos por dignificar la condición de vida y habitabilidad que atraviesan los internos, mejorar los patrones de relación humana y apartar de las cárceles a los que en realidad no portan en su ADN el gen criminógeno”, añadió refiriéndose al espíritu del Indulto General que raciona los recursos de Gendarmería y las modificaciones en la Ley 18.216 que establece penas sustitutivas a la privación de libertad.
Son imágenes fuertes, – señaló el director regional de Gendarmería, coronel Eleuterio Cofré – en la contracara de la sociedad, que alberga a sujetos que perturbaron la seguridad pública y deben ser reformados para volver a la sociedad con herramientas efectivas que los trasforme en personas útiles.