Por primera vez, médicos de Estados Unidos utilizaron un nuevo tipo de cirugía, llamada transferencia nerviosa, para restaurar la función de la mano en un paciente paralizado por una lesión en el cuello, indicó un estudio.
Esta cirugía de avanzada consiste en tomar un nervio no funcional apretando el dedo índice y el pulgar y conectándolo a un nervio funcional en la parte superior del brazo antes utilizado para doblar el codo.
Tras muchos meses de terapia física intensiva, el paciente de 71 años -que quedó paralizado de la cintura para abajo y perdió el uso de sus manos en un accidente automovilístico- ahora puede alimentarse por sí mismo e incluso escribir con algo de ayuda, señaló el estudio publicado en la revista científica Journal of Neurosurgery.
“Esto no es una cirugía particularmente cara o demasiado compleja”, dijo la autora principal, Susan Mackinnon, quien realizó la cirugía.
“No es un trasplante de mano o cara, por ejemplo. Es algo que nos gustaría que otros cirujanos en el país hicieran”, dijo Mackinnon, de la Universidad de Washington.
La lesión del paciente estaba en el hueso más bajo en su cuello, conocido como vértebra C7.
Los pacientes con lesiones en las vértebras C7 y C6 no tienen función de la mano y se consideran tetrapléjicos, aunque a menudo pueden mover los hombros, codos y muñecas debido a que esos nervios llegan a la médula espinal por encima del sitio de la lesión.
Para las personas que se lesionan más arriba a lo largo del cuello, desde la vértebra C5 a la C1, una cirugía así probablemente no sirva para restaurar la función de la mano y del brazo, dijeron los médicos.
“Este procedimiento es inusual para tratar la tetraplejia porque no intentamos volver a entrar en la médula espinal, donde está la lesión”, dijo la Ida Fox, cirujana en la Universidad de Washington.
“En cambio, vamos adonde sabemos que las cosas funcionan -en este caso el codo- para poder pedir prestados ahí los nervios y redirigirlos para darle función a la mano”.
El progreso del paciente alentó a los cirujanos, aunque la operación se realizó dos años después del accidente.
Aún así, fueron necesarios ocho meses de tratamiento después de la cirugía para que el paciente pudiera mover los dedos pulgar, índice y medio de su mano izquierda. Dos meses más tarde, fue capaz de mover de manera similar la mano derecha.
Según Lewis Lane, jefe de cirugía de manos en el Hospital Universitario North Shore en Nueva York, este caso es esperanzador.
“Algo raro en este caso es el hecho de que el paciente tenga 71 años, porque los nervios de las personas mayores suelen tener un menor potencial regenerativo”, agregó Lane, que no participó en la investigación.
Unas 12.000 personas sufren lesiones de médula espinal cada año en Estados Unidos.