El famoso Ritalín o metilfenidato es un psicoestimulante que se volvió popular a partir de la década de los 90′ por ser el tratamiento más recetado para combatir el trastorno de Déficit Atencional e Hiperactividad (TDAH), especialmente en los niños.
Más allá del debate que existe por el sobrediagnóstico del TDAH y el -a juicio de algunos- exceso de prescripción de este medicamento a prácticamente cualquier menor que sea más inquieto que sus pares, también existen aprensiones contra éste por los posibles efectos secundarios en los pacientes que lo consumen a largo plazo.
Por ejemplo, en enero de este año Reuters reveló un informe de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) advirtió que el consumo de un derivado del Ritalín (Focalín) podría aumentar el riesgo de tener pensamientos suicidas. De hecho, en esa oportunidad, el organismo norteamericano recopiló 8 casos de niños y adolescentes que sufrieron esto tras consumir la droga por cerca de 6 años.
Algo similar ocurrió en Reino Unido, donde impactó el caso de Harry Hucknall, un estudiante de 10 años que se quitó la vida tras ingerir una fuerte dosis de Ritalín, recetada por su médico. Lo mismo sucedió con Anthony Cole (15) un adolescente que se ahorcó en su habitación luego de que le incrementaran la prescripción del mismo fármaco tras 6 años ingiriéndolo.
En este sentido, la Asociación de Psicólogos Educativos (AEP) de Inglaterra aseguraron a Daily Mail que los beneficios del medicamento no son sostenibles a largo plazo y por ello se requieren dosis cada vez más fuertes. De hecho se habla que después de 3 años, la efectividad del fármaco es prácticamente nula.
Por otro lado, los pensamientos suicidas no son los únicos posibles efectos secundarios, también están el estrés, la ansiedad, la aparición de moretones, problemas cardiovasculares, disminución del apetito, malestares estomacales, mareos y entre otros.
Con respecto al tema, el psicólogo educacional citado por Daily Mail, David Traxson, señaló que muchas veces se confunde el estrés o la ansiedad con el TDAH y se receta Ritalín erróneamente.
“Los niños que son ansiosos pueden comportarse mal y estar nerviosos, pero estos síntomas no deben confundirse con el TDAH. La última cosa que se debería hacer si el pequeño se siente ansioso es darle una droga estimulante”, sentenció.
Peter Kinderman, presidente de la Sociedad de Psicología Británica (BPS), complementó lo expuesto por Traxon, añadiendo que es habitual que a “Los niños se les receten medicamentos como una solución rápida, en lugar de recibir una evaluación completa y terapias psicológicas, que pueden tomar más tiempo y costar más, pero en última instancia, son mejores en el largo plazo.”
Es más, en 2010 un estudio de la Universidad de Colorado demostró que los síntomas de TDAH desaparecieron en 150 adolescentes tras ser sometidos a sesiones de terapia cognitivo-conductual y una pastilla de azúcar inactiva, haciéndoles creer que estaban tomando Ritalin. Mientras otro grupo de 150, recibió el mismo tratamiento, pero con el fármaco activo, y se obtuvieron los mismos resultados.
“Que un niño piense que ha recibido la medicación puede inducir expectativas positivas en los padres y maestros”, indicó Daniel Waschbusch, director del estudio.