Sondeo realizado por Universidad UCINF a asistentes a partidos de balón pie, arrojó también que la mayor responsabilidad de la violencia presente en esta actividad deportiva radica primeramente en los dirigentes de las barras bravas, con un 68%, y en segunda instancia en los dirigentes de los clubes, con un 45%.

Un estudio destinado a conocer y a cuantificar la magnitud del fenómeno de las barras bravas sobre los aficionados al deporte nacional, desarrolló Universidad UCINF a más de 400 chilenos y chilenas aficionados. Entre los resultados más relevantes, se observa que un 90% aprueba un mayor control de Carabineros a partidos de alta convocatoria, mientras que un 80% de los encuestados apoya la acción de las autoridades tendientes a erradicar su presencia.

Respecto del fenómeno de las barras bravas, Lautaro Barriga, Profesor de Psicología Clínica de la Universidad UCINF, señala que hay dos aristas: una psicológica, y una sociológica: “Desde la Psicología uno puede explicar el fenómeno desde la construcción de una identidad grupal, que permite canalizar las emociones principalmente negativas junto a frustración personales y que son más fáciles de expresar en una colectividad, donde además los otros tienen la misma percepción y sentimientos comunes. Allí se mezclan diferentes tipos de personalidades, pero que confluyen en una identidad grupal, así tiene permisos para mostrar sus impulsos más oscuros y perversos”.

Junto con lo anterior, aunque desde el campo de la sociología, Patricio Navarro, también académico de Universidad UCINF, señala que “este estudio muestra claramente un amplio rechazo a las denominadas barras bravas por parte de quienes son aficionados al fútbol debido a que, en primer lugar, se les asocia a la violencia y al tema delincuencial (las familias se han alejado de los espectáculos deportivos por que se considera es una actividad riesgosa); en segundo lugar, cualquier hincha que asiste al estadio y viste la camiseta de su equipo favorito es visto por la autoridad policial asociada a las barras bravas y son tratados de forma vejatoria”.

“Asimismo -agrega Navarro- otros puntos relevantes a considerar son que, tradicionalmente, los clubes han tenido hinchas que se organizaban para asistir a los estadios. Lo que ocurre que hoy día es que ciertos grupos se organizan y presentan conductas violentas, como una forma de manifestar su descontento con el sistema. Es la misma lógica que tienen los encapuchados que “acompañan” a todos los movimientos sociales”.

Finalmente, añade el Sociólogo de Universidad UCINF, “fracasó la tesis (doctor Orozco) de que los clubes de fútbol podían encauzar a estos grupos y mitigar el grado de violencia que ellos tienen. El pagar a sus líderes, regalar entradas, financiar transporte resulto ser ineficiente. En la práctica los dirigentes deportivos fueron sobrepasados y eventualmente fueron amenazados por estos grupos. La gran labor social que pueden hacer los clubes es a través del fomento de la actividad deportiva como tal, con sus distintas ramas y en lo posible más allá del fútbol. De ahí surgen los Vidal, los Fernández, los Sánchez”, puntualiza Navarro.

FICHA TÉCNICA DE LA ENCUESTA: