Un hombre acusado de piratear las cuentas de correo electrónico de Scarlett Johansson, Christina Aguilera, Mila Kunis y otras celebridades, se declaró este lunes culpable en una corte en Los Ángeles, enfrentando así hasta 60 años de prisión.

Christopher Chaney, quien estaba en libertad bajo fianza desde su arresto en octubre -semanas después de que se publicaran en internet fotos de Scarlett Johansson desnuda-, enfrenta hasta 60 años de prisión y pagos de indemnizaciones por cerca de 2,5 millones de dólares.

El empleado administrativo de 35 años, originario de Florida (sudeste), fue puesto bajo custodia inmediatamente después declararse culpable de acceder sin autorización a una computadora, intervenir datos personales y otros cargos criminales.

“No entiendo por qué una persona racional podría seguir adelante con esta conducta”, dijo el juez de distrito James Otero al fijar la sentencia para el 23 de julio.

La fiscal Lisa Feldman dijo en el tribunal que, entre noviembre de 2010 y octubre del año pasado, Chaney tomó “control exclusivo” de las cuentas de email de sus víctimas y recibía una copia de cada uno de los correos que éstas enviaban.

El caso involucra a 50 víctimas, agregó la fiscal. Entre ellas, las actrices Johansson, Kunis y Renee Olstead, la cantante Aguilera y la peluquera de las celebridades Simone Harouche.

El abogado de Chaney anunció la semana pasada que su cliente se declararía culpable de nueve cargos, en un acuerdo con la fiscalía que lo liberaría de otras 17 acusaciones, por las cuales arriesgaba 121 años de prisión.

La computadora de Aguilera fue pirateada en diciembre de 2010, cuando varias fotos subidas de tono fueron publicadas en internet. En tanto, el teléfono celular de Kunis había sido pirateado en septiembre y sus fotos, incluida una en la que salía en la bañera, se multiplicaron rápidamente por internet.

Las imágenes robadas a Johnasson, estrella de “Lost in Translation” y “Match Point”, son fotos caseras que la actriz se había tomado desnuda ante el espejo de un baño y, según ella misma explicó luego a la revista Vanity Fair, había enviado a su entonces marido Ryan Reynolds.