Los policías británicos deberían someterse a pruebas físicas regulares y sufrir recortes salariales en caso de fracasos sucesivos, según las recomendaciones de un estudio encargado por el gobierno según el cual la mitad de los agentes londinenses tienen sobrepeso.
“El público se sorprendería si supiera que después de las pruebas físicas de ingreso, los policías, salvo en las unidades armadas, no vuelven a ser sometidos a ningún examen más en 30-35 años de carrera”, estimó el autor del informe, Tom Winsor.
El estudio, encargado por el gobierno británico en octubre de 2010, contiene una serie de propuestas destinadas a revisar las condiciones laborales y salariales de los policías en el marco de una reducción del gasto público.
Más de la mitad (52%) de los policías londinenses varones tienen sobrepeso, una quinta parte (22%) son obesos y uno de cada diez padece obesidad mórbida. En el caso de las mujeres, la proporción se reduce a 32%, 16% y 2%, respectivamente.
El informe propone que a partir de septiembre de 2013, los policías pasen una prueba que consistiría en correr a una velocidad promedio mínima de 8,8 km/h durante tres minutos y 35 segundos.
A los agentes que no superen la prueba por tercera vez consecutiva debería abrírseles un procedimiento disciplinario y bajárseles el sueldo, recomienda.
Para 2018, las pruebas físicas deberían ser más difíciles, con pruebas suplementarias como escalar paredes, señala el documento.