“No es lo que parece” o “déjame explicarte” son frases recurrentes utilizadas por los hombres y mujeres infieles cuando son descubiertos por sus parejas.
Y es que la mayoría de los “engañadores” se valen de artimañas baratas para cubrir su engaño. En este sentido, la escritora y empresaria Monica Bullock hizo una selección de los 5 mitos más comunes acerca de los infieles y la verdad en torno a ellos…
1. La vida lo hizo así: Muchos buscan justificaciones para entender a su pareja infiel. Que no le dieron cariño cuando niño, que su última polola (o) lo engañó, o que tiene miedo a salir herido. Lo cierto es que hay muchas personas que han pasado por las mismas cosas o incluso peores y no son infieles.
2. Lo puedo cambiar: Algunas personas suelen mentirse a sí mismas, asegurando que pueden cambiar a un hombre o una mujer. Un individuo acostumbrado a saltar de cama en cama, no cambiará de la noche a la mañana. Es imposible que pase de ser una persona promiscua a ser un súper héroe instantáneamente. De cambiar, lo hará sólo cuando él o ella lo decida, no será efecto de una petición o de un ultimátum de su pareja.
3. Él o ella realmente está arrepentido: Si bien en muchos casos es así, debes analizar si realmente el sujeto en cuestión muestra arrepentimiento por haber engañado o sólo está desesperado porque lo pillaron. El dolor por la infidelidad no aparece espontáneamente cuando lo descubres besando a otro, o peor aún en la cama. El arrepentimiento genuino es que el aparece cuando él o ella se confiesa sin que lo hayas descubierto.
4. No me engañaría porque soy linda, inteligente, curvilínea, etc…: Los personas no son infieles porque su parejas sean gordas o carezcan de belleza, inteligencia o buenos atributos, la mayoría lo hace simplemente porque sintió el deseo de hacerlo y no pensaron en cómo podrían dañar su relación, o bien lo hicieron pero prefirieron pasarlo por alto.
5. Voy a saber si él o ella es infiel: Puede que sí o puede que no. Si bien hay personas que son evidentes, debes tener en cuenta que si ya fue infiel una vez, es probable que vuelva a hacerlo y que tenga más cuidado para no ser descubierto.
La idea no es desconfiar de la pareja, sino que no ser ciego ante lo innegable.