Cuando los cadáveres de distintos mamíferos marinos comenzaron a aparecer en costas del oeste de Canadá en grandes cantidades, el biólogo marino Andrew Trites se consternó al descubrir que estas muertes se deben a enfermedades de animales domésticos terrestres.
Alrededor del planeta, focas, nutrias y otras especies se están viendo afectadas cada vez más por parásitos y otras enfermedades conocidas desde hace mucho tiempo en cabras, vacas, gatos y perros, según expertos en mamíferos marinos de todo el mundo, que se reunieron en una gran conferencia científica en Vancouver (oeste de Canadá).
Las enfermedades también amenazan cada vez más a las personas que están en contacto continúo con el océano, bien sea como elemento de recreación, trabajo o fuente de mariscos, comentaron los científicos en la conferencia anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS).
El simposio “Nadando en Mares Enfermos” fue una de las muchas sesiones que pintó una imagen sombría del estado de los océanos en el mundo, que se están acidificándose cada vez más, calentándose en algunas áreas y aumentando su profundidad en otras por el deshielo de glaciares, producto del cambio climático.
“Hay cambios dramáticos en los ecosistemas oceánicos”, dijo Jason Hall-Spencer, de la Universidad Británica de Plymouth, citando sus investigaciones en Italia, Baja California y Papúa Nueva Guinea, que “muestran todos la misma cosa”: con un incremento en dióxido de carbono se “obtiene un descenso de 30% en microbios, plantas y animales” en los océanos.
Gretchen Hofmann, de la Universidad de California en Santa Bárbara (suroeste de Estados Unidos), afirmó que el incremento de la acidez oceánica, causado por la quema de los combustibles fósiles, está matando al marisco en su etapa más joven en todo el mundo.
En el noroeste del Pacífico de Estados Unidos y Canadá, el fracaso de los criaderos de marisco amenaza a una industria valorada en más de 200 millones de dólares, afirma Hofmann.
Lisa Levin, del Instituto de Oceanografía Scripps en La Jolla, California, dice que el calentamiento del agua reduce el oxígeno que puede retener, amenazando de nuevo a criaturas del fondo marino que han sobrevivido durante milenios en condiciones estables.
Hasta ahora, “hemos visto menos del 5% de (los animales) en el fondo del lecho marino, y si los eliminamos, nunca los volveremos a ver”, dijo Levin en la conferencia de prensa.
“Hay sin duda organismos ahí abajo que pueden ser muy beneficiosos para nosotros y que todavía tenemos que encontrar”, añadió.
Según Trite, director de la Unidad de Investigación de Mamíferos Marinos en el Centro Pesquero de la Universidad de British Columbia (oeste de Canadá), la aparición de cuerpos en la orilla es una mala señal.
“Veo los mamíferos muertos llegando a la orilla como los canarios de una mina de carbón”, dijo Trite.
Parásitos, hongos, virus y bacterias se transmiten cada vez más de los animales de tierra a los marinos, ya que el asentamiento humano en la costa cambia las pautas del agua a través de la pavimentación, el relleno de humedales que actúan como filtros naturales y la agricultura intensiva, afirman los científicos.
Toxoplasmosis (Toxoplasma gondii), nemátodos (gusanos redondos), parásitos unicelulares que causan hinchazón del cerebro, y enfermedades que hacen que las vacas aborten, se añaden a los desafíos que enfrentan los animales marinos debido a la contaminación humana, dijo Trite.
Los cambios en las enfermedades y su frecuencia en animales marinos “podría tener una impacto no reconocido en los humanos también”, afirmó Melissa Miller, una veterinaria de California. “Vivimos en la misma zona, cosechamos y comemos mucha de la misma comida”, añadió.
El panel de expertos afirma que es necesaria más vigilancia para observar las implicaciones que tiene en la salud humana la propagación de parásitos y patógenos de los mamíferos de tierra a los de agua.