La transición en Corea del Norte se ha acelerado después de que la prensa oficial se refiriera el lunes a Kim Jong-un como el principal líder del partido único, dos días antes de los funerales de su padre.
Designado sucesor por Kim Jong-il, fallecido el 17 de diciembre, su hijo pequeño, de menos de 30 años, ya ha sido aclamado como “comandante supremo” del ejército y está en proceso de acceder al cargo civil más alto del país.
“Todas las organizaciones del partido en el país celebran como un único hombre la ideología y la dirección del gran camarada Kim Jong-un”, afirmó el lunes el Rodong Sinmun, diario oficial del Partido de los Trabajadores, única formación política en Corea del Norte.
“Demos nuestras vidas para proteger el Comité Central dirigido por el querido camarada Kim Jong-un”, añadió el rotativo.
El Comité Central es el principal órgano de la dirección del partido único y su dirigente adopta el título de secretario general del partido, el principal cargo civil en el país.
Este artículo en la prensa oficial significa que Kim Jong-un asumirá pronto el puesto que su padre lideró hasta su muerte, explicó a la AFP Kim Yong-hyun, profesor en la Universidad Dongguk en Corea del Sur.
“Jong-un todavía no es oficialmente secretario general, pero lo será pronto y heredará también otros cargos ocupados hasta ahora por su padre”, añadió.
Kim Jong-il presidía la potente Comisión Nacional de Defensa, un órgano de dirección del país independiente del partido.
Tercer representante de la dinastía iniciada por su abuelo Kim Il-sung, fundador de la Corea del Norte comunista, Kim Jong-un todavía no se ha hecho cargo de esta función.
Sin embargo, el sábado fue reconocido como “comandante supremo” por el Rodong Sinmun, es decir, jefe del ejército pese a no tener el título oficial.
Es crucial que el nuevo líder reafirme su posición al frente de la dirección militar para ejercer el poder en Corea del Norte, país que tiene la bomba atómica y donde el ejército, con 1,2 millones de personas, tiene un estatus privilegiado frente a los cuerpos civiles.
Hasta ahora, las señales enviadas por el régimen parecen indicar que Pyongyang tiene intención de mantener su política del “songun” (“el ejército primero”).
La comunidad internacional seguirá de cerca todos los detalles de los funerales de Kim Jong-il el próximo miércoles para intentar descifrar el entorno de Jong-un que pueda tener algún tipo de influencia sobre el nuevo líder.
Ningún extranjero asistirá a la ceremonia, aunque dos delegaciones surcoreanas llegaron el lunes al Norte para ofrecer un último homenaje al difunto dirigente comunista, que falleció a los 69 años por una crisis cardíaca.
Al frente de ambas delegaciones estaban Lee Hee-ho, de 89 años, viuda del ex presidente Kim Dae-jung, y Hyun Jung-eun, de 56 años, presidenta del gigante industrial Hyundai, que se entrevistaron con Kim Jong-un en el memorial Kumsusan, donde se encuentra la urna de cristal con los restos del Querido Líder.
El nuevo dirigente norcoreano “manifestó su profunda gratitud” a ambas por haberse trasladado a Pyongyang, informó la agencia oficial KCNA.
Lee, cuyo marido se reunió con Kim Jong-il en la primera cumbre entre las dos Coreas en 2000, escribió en el libro de condolencias que esperaba una “unificación rápida” de los dos Estados, según KCNA, siguiendo la principal idea con la que celebró el histórico encuentro,
Desde el anuncio de la muerte de Kim Jong-il, Corea del Sur, que no enviará ninguna delegación oficial, ha intentado mantener la calma en la región por miedo a que el régimen norcoreano inicie una acción armada.