Para los veterinarios, se trata de un caso todavía inexplicable. Para su familia, simplemente un milagro de Navidad.
Es la historia de Scamp, un cachorro mezcla de Yorkshire Terrier con Shih-Tzu de sólo 7 meses de edad que a comienzos de diciembre saltó la reja de su casa en Warwick, Estados Unidos, siendo violentamente golpeado por un automóvil en una carretera cercana.
Reta McKinlay, abuela de los dos pequeños propietarios del perro, llegó horrorizada a la escena sólo para comprobar que el perro estaba muerto.
“Scamp estaba sangrando. Tenía los ojos rígidos. No tenía signos de respiración en su pecho ni en su nariz”, declaró al diario local The Olympian, recogido por MSNBC.
Debido a que ya caía la noche y las temperaturas descendían hasta 1 grado bajo cero, el esposo de McKinlay decidió dejar al maltrecho animal envuelto en una manta sobre una carretilla del jardín, a fin de sepultarlo al día siguiente. Luego, conversaron con sus nietos de 6 años y les explicaron que el cachorro “se había ido al cielo”.
Sin embargo, el día siguiente les tenía deparada una sorpresa.
“Mi esposo se levantó temprano para enterrarlo antes de que los niños pudieran verlo, pero encontró al perro sentado bajo la carretilla”, explica la mujer.
La pareja se apresuró en llevar a Scamp a un servicio veterinario de urgencia en Lacey, donde le prestaron los primeros auxilios. “El perro tenía un trauma craneal en el lado izquierdo de la cara, con una contusión alrededor del ojo, en su pómulo y sus labios. Lo estabilizamos con tratamiento de emergencia, catéter, fluidos, oxígeno y luego lo transferimos a un veterinario especializado”, indicó la coordinadora del centro, Mae Solari.
Tras su paso por dos clínicas diferentes y 3.000 dólares en gastos (más de un millón y medio de pesos), el diagnóstico acabó siendo inesperadamente positivo. “Tiene algunos dientes rotos, pero fuera de ello, está bastante bien. Comió un poco en la clínica y pudimos enviarlo a casa durante la tarde”, explicó uno de sus médicos. Aún así, todavía no es claro si el cachorro sufrirá algún tipo de secuelas neurológicas.
¿Cómo un perro dado por muerto pudo recuperarse tras una noche a la intemperie? Según postulan los especialistas, pudo ser precisamente el frío invernal lo que salvara la vida de Scamp, al evitar que la inflamación cerebral tras el golpe provocara daños fatales, un efecto secundario que ha salvado a víctimas de ahogamiento e incluso a Fernando Parrado, uno de los supervivientes de la tragedia de Los Andes, tras el impacto de su avión.
“Solemos decir que los milagros existen. Y quizá como todos estábamos tristes y rezábamos, Dios le dio una nueva oportunidad de vivir”, es la simple explicación de Reta McKinlay.