Una vez más, en esta ocasión ¿gracias a? ¿por culpa de? Europa, el mundo vuelve a hablar del Capitalismo. Los más optimistas dicen que hay que “repensar” el sistema porque, agregan, estaríamos ante el “colapso” de un paradigma económico potente. Los más pesimistas, en cambio, apuestan a que las últimas noticias de Grecia, Italia y la Eurozona prueban que la situación no da para más, pero que no será suficiente para que se concrete un cambio estructural en la arquitectura financiera.
Grecia finalmente se allanó a las condiciones de sus socios comerciales y confirmó a Papandreu en su cargo. Sin embargo, la luz al final del túnel todavía se ve lejana. En todo caso, la zona del euro ha reconocido la necesidad urgente de regular este Capitalismo de consumo irracional, préstamos interminables y deudas a pagar con intereses disparatados. Pregunta: Salvada la situación, ¿irá a concretarse esto que anuncian como una cirugía mayor?
Porque lo mismo dijo, en su momento, Estados Unidos, cuando se dio cuenta de que su economía estaba totalmente bancarizada y repleta de endeudados de segunda categoría (que es lo que significa subprime en español). Socorrió a los bancos usando los impuestos que pagan los ciudadanos, franqueó la deuda fiscal y, calmadas las aguas, dejó el fondo del asunto para más adelante. Y allí están. Aún bancarizados.
Dicho de otro modo, la economía financiera – que ha puesto un pie sobre la economía real, la del crecimiento, el empleo, la producción de bienes y servicios – sigue operando bajo el predicamento del libre mercado y la regulación no da, en ningún caso, para detener los abusos. ¿Intereses desmedidos? ¿Bancos que ofrecen el cielo por tomar sus prestaciones y las penas del infierno a quienes se arrepienten? ¿Instituciones financieras que suman y suman millonarias ganancias en economías que se declaran “en dificultades”? A qué país no le parece conocido este cuento. El punto es: ¿Cómo llegamos a esto?
Me pareció que en este escenario es útil conocer otra mirada, la del teórico social inglés David Harvey (2010) en una conferencia que hizo sobre el origen y decadencia del Capitalismo. Procedo a transcribir:
Según Harvey, se han dado varias explicaciones para esta crisis.
La “fragilidad humana”, término mencionado por Allan Greenspan, ex Presidente del Banco Central de EEUU. El hombre tendría instintos depredadores, de dominio, delirios de inversión, codicia. Basta con mirar las conductas en Wall Street, dice, para inferir que hay harto de verdad en esto.
El “fracaso de las instituciones”. Los reguladores han estado durmiendo en momentos clave y eso permite al sistema bancario innovar fuera de los ámbitos de competencia de éstos. Por lo tanto, las instituciones debieran ser reconfiguradas y ése tendría que ser un esfuerzo global, del G 20, por ejemplo.
La “obsesión con una teoría falsa”. Los teóricos recurren mucho a economistas de larga data que apuestan por la eficiencia del mercado. Según Harvey, sería hora entonces de volver a mirar a John Maynard Keynes y a Hyman Minsky y darse cuenta de lo inestable que son las actividades financieras.
El “Origen Cultural”. En Francia o Alemania dirían que ésta es una enfermedad anglosajona y que no tiene nada que ver con ellos. En Brasil, en la época del subprime, Lula afirmaba que era bueno que Estados Unidos finalmente fuera disciplinado por algo equivalente al FMI…hasta que se contagiaron con la dolencia norteamericana. Hoy día, Alemania ha explicado el problema en Grecia como propio de “defectos en el carácter griego”.
Harvey dice que la explicación del “origen cultural” algo tiene de cierto. Pone como ejemplo la obsesión de los americanos con ser dueños de una casa. Actualmente, el 68% de los estadounidenses es propietario de un inmueble. En Suiza la cifra sólo llega a un 22%. En Estados Unidos, de hecho, operan con el mortgage interest tax deduction que es, en realidad, un alto subsidio porque permite descontar impuestos al adquirir una vivienda. Ha sido todo un éxito desde 1930 y se promueve bajo la creencia de que a quien le incumbe tener una casa no se va a huelga.
El “fracaso de las políticas”. Aquí, afirma Harvey, existe una extraña alianza entre actores tan disímiles como Fox News y el Banco Mundial para alegar que hay demasiada regulación no ad hoc.
Según el teórico inglés, un episodio interesante en el inicio de la crisis ocurrió cuando la Reina de Inglaterra le preguntó a los economistas en el London School of Economics algo así como “¿Cómo es posible que no previeran lo que venía?” Luego llamó al jefe del Banco de Inglaterra y lo interrogó sobre lo mismo y entonces la Academia Británica juntó a un grupo de expertos y le redactó una carta a su Majestad. En ella le relataban que durante toda una vida economistas inteligentes, astutos, entendidos en el tema habían perfeccionado este sistema, pero que se les había escapado el “riesgo sistémico”, algo parecido a la “contradicción interna de la acumulación del capital”.
¿¡Contradicción interna de la acumulación!? Para explicarlo, Harvey observa el período ’70 – presente y cómo la manera en que se salió de la crisis previa determinó el perfil de la actual crisis. En la década del ’70, el excesivo poder de la mano de obra frente al capital era visto como un problema. Por lo tanto, el dilema (según Reagan y Thatcher) era cómo disciplinar a la fuerza trabajadora. Y se hizo a través de la “importación de mano de obra extranjera” (India, China), doctrina típica neoliberal.
Hacia 1985-86 el problema parecía resuelto: los dueños del capital tenían acceso a los trabajadores de otros países. Empieza, entonces, a gestarse el poder excesivo del capital. A eso hay que agregar que desde 1970 estamos en una fase de “represión de los salarios” donde los sueldos se han estancado y la relación de éstos con los ingresos de las naciones han ido a la baja, incluso en China.
Harvey nos dice: siendo los salarios los dineros con que se compran bienes, si éstos no alcanzan para adquirirlos, ¿de dónde provendría la demanda? Y responde: de las tarjetas de crédito. Se las dieron a medio mundo. O sea, se solucionaba el dilema del bajo consumo o “demanda efectiva” inflando la economía del crédito. Es así como los hogares estadounidenses y británicos han triplicado su deuda en un 30% en los últimos 20 años y buena parte de ese endeudamiento se sostiene en los préstamos hipotecarios.
El teórico inglés menciona algo muy interesante: el Capitalismo nunca resuelve sus problemas. Los traslada geográficamente. Estados Unidos dice ahora que todo está mejor mientras en Grecia se ve otro estallido y muchos se preguntan por los países PIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia).
Marx afirma – lo cita Harvey – en “Grundrisse” que el capital no puede soportar un límite. Lo que hace es convertirlo en una barrera que después sortea. Por ejemplo, el proceso circulatorio de la acumulación: se empieza con algo de dinero, se va al mercado y se compra poder de mano de obra a modo de medios de producción y se los pone a trabajar con ciertos recursos tecnológicos bajo la forma de una organización. Se crea así un commodity que después se vende a precio original más una cierta utilidad. Luego, se toma parte de la utilidad y se recapitaliza en una expansión del negocio. La barrera en este caso es cómo se obtiene el monto de dinero necesario, en el lugar adecuado, en el momento adecuado y en el volumen adecuado. Eso toma ingeniosidad financiera, dice el británico…
La historia completa del Capitalismo se ha tratado de innovación financiera que tiene, además, el efecto de empoderar a los financistas. El aumento de poder hace que éstos se pongan codiciosos, “de eso no cabe duda”, afirma Harvey. Y si uno mira las utilidades financieras en EEUU, éstas subieron como espuma en 1990, mientras que la manufactura se fue derrumbando de a poco. Eso en Estados Unidos.
En Gran Bretaña, desde 1950, la industria manufacturera ha tenido serias implicancias para la economía de ese país. De hecho, han arruinado esta industria para mantener contentos a los financistas.
Cualquier persona sensible, agrega el conferencista, estaría dispuesta a unirse a una organización anti-capitalista. “Hay que hacerlo porque, de otro modo, se propicia el continuismo de este tema, es decir, la acumulación de la riqueza. Uno hubiese pensado que la crisis iba a detener eso, pero en India, por ejemplo, la cantidad de multimillonarios creció el año pasado (2009) más que nunca. Una plaga de dueños de fondos logró remuneraciones de 3 billones de dólares cada uno, ¡en un año! Y yo que pensaba que era obsceno e insano cuando obtuvieron US $250 millones”, señala Harvey.
El teórico británico dice que no ve debate ni discusión al respecto. No tiene la solución, agrega, pero sí conoce la raíz del problema y advierte que el político que diga en su campaña que esto se va a arreglar el próximo año si votan por él es sólo patrañas.
El video animado de esta conferencia lo puedes ver aquí:
http://youtu.be/vUkFVJ_hbr4
Margarita Hantke es periodista de la Universidad de Chile. Con vasta experiencia en radio y televisión, actualmente es conductora de Radiograma y del programa Asuntos Pendientes en Radio Bío-Bío. Puedes seguirla en su cuenta de Twitter @margaritahantke