Brasil requiere con urgencia los aviones caza supersónicos, en proceso de licitación, debido a que parte de su flota de Mirage no estará en condiciones de operar plenamente hacia finales de 2013, dijo el jueves el ministro de Defensa, Celso Amorim, ante el Senado.
El año pasado Brasil aplazó, por recortes presupuestarios, la adquisición de 36 aviones de combate por un valor aproximado de 4.000 y 7.000 millones de dólares, aunque considera retomar la compra en 2012.
Tres empresas se disputan la licitación: la fabricante francesa Dassault, con el avión Rafale, la estadounidense Boeing con el F/A-18 Super Hornet, y la sueca Saab con el Gripen NG.
“Hasta finales de 2013, ninguno de los 12 Mirages que están (en la base aérea de) Anápolis estará en condición de actuar plenamente. Es algo realmente urgente, muy importante”, afirmó Amorim, según declaraciones divulgadas por la agencia Brasil (estatal).
Además, “la necesidad de defensa de la Amazonia, las fronteras, nos obliga a tener una aviación de combate adecuada”, justificó el ministro.
La presidenta Dilma Rousseff habló del tema con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en un encuentro realizado la semana pasada en Nueva York al margen de la Asmblea General de la ONU.
“Dependiendo de cómo evolucione la situación económica mundial, y si la crisis se revela menos grave de lo que algunos imaginan, ese tema podrá ser reanudado por ejemplo el año próximo”, dijo el canciller Antonio Patriota al comentar la cita de los mandatarios.
Amorim insistió en que la “transferencia de tecnología” será uno de los puntos relevantes a la hora de definir la licitación.
“Hay una atención prioritaria a la transferencia de tecnología. No sólo las promesas de la transferencia de tecnología, sino también las cuestiones contractuales y la presencia de empresas brasileñas en el proceso de transferencia”, indicó Amorim.