El drama de la delfina Winter, hallada herida en una trampa para cangrejos en las costas de Florida en 2005, y salvada por un acuario que tuvo que amputar su cola, inspiró “Dolphin Tale”, un cuento infantil de Hollywood que este viernes llega a las salas de Norteamérica.
La historia de la delfina, encontrada en la vida real por un pescador y en la ficción por un niño, adquirió un carácter extraordinario cuando, tras la amputación, los veterinarios acudieron a un médico de prótesis para militares heridos en la guerra con el fin de que inventara algo para salvar al mamífero.
“Nosotros aplicamos a Winter tecnología existente para prótesis y conocimientos de la medicina para seres humanos, pero ella también nos aportó con su rehabilitación un gran invento para quienes deben vivir con prótesis”, explicó David Yates, presidente del Acuario Marino de Clearwater, un balneario a las afueras de Tampa (al noroeste de Florida).
La aplicación de una prótesis de cola para Winter, que había aprendido a nadar sin ella pero dañándose su organismo, estuvo repleta de tropiezos porque el animal no soportaba los fierros y plásticos en su extremidad.
Fue así como un drama real, soñado para un guión de cine, llevó al grupo ortopédico de Dan Strzempka y Kevin Carroll a crear una manga hecha con un gel pegajoso -parecido al hule- que se desliza sobre el muñón y succiona los enganches de la prótesis sin generar dolor para las personas que usan sustitutos de una parte del cuerpo.
“Cuando vimos el éxito que tuvo en Winter esta manga se empezó a probar con personas y la respuesta ha sido sumamente positiva, porque ya no tienen esos dolores y ha representado un gran avance en materia de prótesis”, indicó Yates.
Winter llega como estrella de cine a las salas de Norteamérica el viernes compartiendo cartel con Harry Connick Jr., los niños Nathan Gamble y Cozi Zuehlsdorff, además de Ashley Judd y Morgan Freeman, interpretando al médico que inventó la prótesis para el animal.
“Es una verdadera diva, todo el mundo la quiere, viene mucha gente al acuario solo por ella y lo sabe muy bien”, contó a la AFP Abby Stone, la entrenadora de Winter con quien ha estado desde que llegó al acuario.
“No pensamos que sobreviviría ni una noche”, dijo Stone recordando cuando rescataron a Winter con pocos meses de nacida.
El acuario que la salvó opera sin fines de lucro y funciona como hospital marino de Clearwater. Salva tortugas enormes y diferentes animales de estos mares turísticos, donde las heridas por lanchas son moneda corriente para los habitantes del océano.
Desde que saltó a la prensa la historia de Winter, el acuario recibe miles de visitas de personas discapacitadas, sobre todo veteranos de guerra, que han convertido a esta delfina de Florida en un símbolo de esperanza y superación.
Para Morgan Freeman, “esta era una buena historia” desde que leyó por primera vez el guión.
“Una buena trama familiar, sin choques, sin persecución, sin sexo. Una conmovedora historia y muy adecuada para los niños”, opinó Freeman, que como abuelo a sus 74 años pensó en sus nietos a la hora de aceptar el personaje.
Con tecnología 3D en algunas salas y una trama bien adaptada al celuloide, Winter espera atraer aún más personas para que vean sus piruetas en Clearwater.
En las piscinas de este acuario la delfina muestra orgullosa su cola maltrecha a cada orden de su entrenadora para reclamar enseguida un puñado de sardinas como pago. “Sin esto, no avanza”, cuenta Stone lanzándole comida a la nueva estrella.