Libia celebraba este miércoles la fiesta musulmana del Aid el Fitr por primera vez en 42 años sin Muamar Gadafi en el poder, que las fuerzas rebeldes seguían buscando intensamente en la víspera de una reunión internacional en París para ayudar a reconstruir el país.
Entre tanto, los países comenzaron a desbloquear los haberes libios bloqueados bajo el régimen de Gadafi a favor del Consejo Nacional de Transición (CNT), órgano político de los rebeldes, que necesita fondos con urgencia para intentar poner a Libia en pie luego de seis meses de un conflicto devastador.
Once días después de la entrada de las tropas rebeldes en Trípoli y de la caída el 23 de agosto del cuartel general del “tirano Gadafi”, decenas de miles de libios celebraron el Aid el Fitr, la fiesta que marca el fin del mes de ayuno musulmán, con una oración colectiva de la capital “liberada”.
Abundantes rumores decían en estos últimos días que Muamar Gadafi preparaba “una sorpresa” para este festejo de tres días, que coincidiría con el 42º aniversario de la revolución que llevó al “Guía” al poder el 1 de septiembre de 1969.
Para los rebeldes, Muamar Gadafi sigue muy probablemente en Libia y el responsable para los asuntos internos del CNT, Ahmad Darrad, estimó que los rebeldes tienen “derecho a matarlo” si no se rinde.
Los rebeldes, que ofrecen una recompensa de 1,7 millones de dólares por la cabeza de Muamar Gadafi, muerto o vivo, afirmaron que detuvieron a un alto responsable allegado al primer círculo del líder libio, Nagi Ahrir, y que esperan que los orientará sobre la buena pista.
El presidente del CNT, Mustafá Abdeljalil, dijo esperar una vez más su captura “vivo para que sea juzgado”.
Capturar a Gadafi es un objetivo primordial para la rebelión, que tras seis meses de conflicto tiene bajo su control casi todo el país, pero sigue negociando para obtener la rendición de los últimos gadafistas en Sirte, bastión del ex líder.
En el terreno, y luego de un ultimátum hasta el sábado a las tropas leales a Gadafi para que se rindan, los rebeldes buscan acabar con los últimos focos de resistencia del régimen.
Según Abdeljalil este plazo para rendirse “expirará (…) el sábado. Si no hay una salida pacífica a la vista en el terreno, nos impondremos militarmente”, dijo a la prensa el martes en Bengasi, la “capital” de la insurgencia.
Los rebeldes y las tropas de Gadafi se enfrentan esporádicamente en la carretera entre Zliten, al este de Trípoli, y Bani Walid, 70 km más al sur, en donde Muamar Gadafi podría esconderse, según la rebelión que controla Zliten aunque aun hay francotiradores.
Por su parte, la OTAN anunció que acentuó sus bombardeos en la región natal de Gadafi, Sirte, así como en Bani Walid.
Muamar Gadafi conserva una capacidad para “comandar y controlar tropas, sus movimientos y el de armas”, dijo el portavoz de las operaciones de la OTAN en Libia, Roland Lavoie.
En momentos en que el CNT llamó a la coalición internacional a continuar apoyándolo, la OTAN, que tuvo un rol de apoyo activo a los rebeldes, podría continuar haciendo aplicar el embargo sobre las armas y vigilando el espacio aéreo, incluso con la guerra terminada, según responsables. Su misión termina en principio a fines de septiembre.
En paralelo a la ayuda militar, unas sesenta delegaciones se reúnen el jueves en París en la conferencia de “amigos de Libia”, por iniciativa de Francia, para acompañar a las autoridades del CNT hacia una transición a la democracia en ese país rico en reservas de petróleo.
“Es fundamental lograr la transición”, indicó la presidencia francesa. “Se trata de unir a la comunidad internacional detrás de las nuevas autoridades para ayudarlas a lograr la transición democrática y la construcción de una nueva Libia”.
En la conferencia participará un emisario ruso enviado por el presidente de ese país Dimitri Medvedev.
La Unión Europea cuenta además levantar el viernes una parte de las sanciones contra las empresas petroleras y los puertos libios. Francia espera por su parte obtener la autorización para desbloquear 1.500 millones de euros de haberes congelados e Italia, que reabrirá su embajada en Trípoli el jueves, indicó que desbloqueó 500 millones de euros.