Dirigentes del Partido Socialista francés empezaron a distanciarse de Dominique Strauss-Kahn, ex favorito socialista con miras a las presidenciales francesas de 2012 hasta que fue acusado de agresión sexual en Nueva York, y cuyo regreso a Francia se espera en los próximos días.
Tras anunciar el martes por la noche que Strauss-Kahn regresará a Francia “en los próximos días”, Martine Aubry, una de las aspirantes a la investidura socialista en las primarias partidarias de octubre, reafirmó que debe tenerse en cuenta la “presunción de inocencia”.
Pero inmediatamente sostuvo: “Pienso lo mismo que muchas mujeres sobre la actitud de Dominique Strauss-Kahn hacia las mujeres”, cambiando así el tono que hasta ahora había mantenido hacia el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y uno de sus más cercanos dirigentes en el PS.
La justicia penal estadounidense desestimó el 23 de agosto pasado todos los cargos por crímenes sexuales contra Strauss-Kahn, tal como lo solicitó la fiscalía, poniendo fin a una saga que arrancó el 14 de mayo luego de que una empleada de un lujoso hotel neoyorquino lo acusara de intento de violación, entre otros delitos.
El lunes, el tono empezó a subir entre varias personalidades del PS luego de que el ex primer ministro socialista Michel Rocard, afirmara que Strauss-Kahn padece “visiblemente una emfermedad mental” pues tiene “dificultades para controlar sus pulsiones”.
“Creo que Michel Rocard tiene algunas dificultades para controlar las suyas. Cuando se está en público, se impone un mínimo de prudencia al hablar de asuntos privados”, le respondió el ex ministro de Cultura socialista Jack Lang.
Laurent Fabius, otro peso pesado del partido y ex primer ministro francés fue más tajante aún: “no sabía que Michel Rocard fuera un reconocido experto médico internacional”.
Strauss-Kahn, de 62 años, ex ministro de Economía, ex diputado y ex alcalde, estuvo al frente del FMI durante tres años y medio, cargo al que renunció días después de su detención. En ese momento figuraba como gran favorito socialista para derrotar al actual presidente conservador Nicolas Sarkozy en las presidenciales francesas de 2012.