Autoridades de Estados Unidos previeron este lunes que tomará días hasta que los ríos se estabilicen tras el paso del huracán Irene, mientras la Cruz Roja dijo que estaba preparada para brindar suministros durante semanas a los afectados por la tragedia.
Irene, que fue rebajada a tormenta tropical, causó destrucción desde el Caribe hasta Canadá. Muchos de los 32 muertos en el territorio continental de Estados Unidos fueron barridos por la crecida de las aguas, que alcanzaron niveles históricos en Vermont.
“La amenaza de inundación rápida, que ha sido igualmente devastadora, en su mayor parte ha terminado”, dijo en conferencia de prensa David Vallee, quien está a cargo de los pronósticos del Servicio Nacional de Meteorología para la región de Nueva Inglaterra.
Pero agregó que ríos como el Connecticut, la vía acuática más extensa de la región y que divide Vermont y New Hampshire, probablemente no alcancen su mayor elevación hasta mediados de la semana próxima.
Vallee dijo que las condiciones previas a la tormenta, incluyendo fuertes lluvias en los últimos tiempos, habían dejado el terreno mojado y proclive a inundarse.
“La humedad del suelo y las condiciones del flujo de las corrientes que precedían a Irene nos deja en una posición muy vulnerable”, afirmó.
Irene fue menos severo de lo que muchos temían, y decenas de miles de personas que habían evacuado en Nueva York y Nueva Jersey pudieron regresar rápidamente a sus hogares.