¿Seguirá Apple marcando el paso en materia de innovación tecnológica y en marketing pese a la renuncia de su carismático líder Steve Jobs? Los expertos, que elogian a un creador sin parangón y a un organizador talentoso, están divididos.
Aunque los graves problemas de salud de Steve Jobs, que anunció el miércoles su dimisión como presidente de la empresa, eran conocidos, los mercados recibieron la noticia como un jarro de agua fría: la segunda compañía del mundo por capitalización bursátil, en excelente salud financiera, caía más del 5% en los intercambios electrónicos tras el cierre de la Bolsa de Nueva York.
¿Logrará Apple inventar productos tan revolucionarios como el iPod, el iPhone o el iPad sin Steve Jobs?
“La gente a la que le gusta la alta tecnología y la informática se dice: ‘¿pero quién nos va a proteger ahora de la mediocridad y de los productos baratos’?”, se pregunta Jean-Louis Gassée, antiguo directivo de la empresa de la manzana que frecuentó a Steve Jobs en los años 1980.
Pero el gabinete Gartner es mucho más optimista. “Pienso que Apple va a salir airoso”, estima el analista Van Baker. “Es cierto que marca el fin de una era, pero no hay que olvidar que Apple es mucho más que una persona”, dice su colega Michael Gartenberg.
Es también la opinión de Frédéric Filloux, autor de Monday Note, una publicación especializada sobre el sector de las nuevas tecnologías y los medios de comunicación.
“No pienso que sea una catástrofe, ha tenido mucho tiempo para preparar su sucesión e instalar una cultura de empresa y una organización interna, con personas de confianza que la van a perpetuar”, piensa al recordar que los primeros problemas de salud de Jobs remontan a 2004.
“Es cierto que Steve Jobs era el gran visionario, pero también lo ha sabido inculcar a la gente”, agrega.
Sobre todo, porque el cofundador de Apple “está preocupado por el futuro de la empresa”, lo que le ha llevado a crear una “especie de organización militar que tiende casi a la dictadura donde de arriba abajo se aplican las reglas del secreto al tiempo que se focalizan en un producto”, explicó.
“Apple se concentra en líneas de productos que son lo más simples posibles, de ahí su eficacia”, señala Filloux. Esto les ha permitido conquistar “una parte de mercado fenomenal con un solo modelo de teléfono, iPhone”.
“Desde que asumió las riendas en 1997, Jobs ha querido forjar esta cultura que desde mi punto de vista es inalterable, esto no se va a perder en dos años”, agrega Filloux.
Para asegurar el relevo, está por un lado “el heredero” Tim Cook, que “es menos carismático que Steve Jobs, pero increíblemente fuerte” y un equipo responsable de diseño de alto nivel, bajo la batuta de Jonathan Ive.
A esto se suma que la “empresa está en buenas manos”: “los directores, que llevan un tiempo, tienen unos cincuenta años y están dedicados a su tarea. Casi no hay cambios”, según el experto.
Desde el punto de vista de la imagen, la marcha de Steve Jobs deja a Apple huérfano, dice por su parte Olivier Bomsel, de ParisTech.
“En el registro de la alta tecnología, Apple es el equivalente a una gran casa de costura”, dice.
“Está bastante claro que Jobs se va a morir. Y es que Steve Jobs es Apple, una especie de estrella del rock o un creador de moda. Estamos en el mismo caso que Dior después de la muerte de Christian Dior o de Chanel después de la muerte de Coco Chanel”, según Bomsel.
“En la música, por ejemplo, logró hacer de iPod el emblema de la experiencia musical del consumidor cuando antes estaba U2 o los Stones. ¿Quién va a personificar a partir de ahora la experiencia de Apple?, se pregunta.