Con sus piernas mitad humanas y mitad artificiales, Oscar Pistorius hará historia en el Mundial de atletismo de Daegu, convirtiéndose en el primer corredor paralímpico que compartirá carreras en una gran cita con los principales velocistas del planeta.
El sudafricano, de 24 años y todo un símbolo por su espíritu combativo, sin perder su sonrisa habitual, ha luchado mucho en la pista y fuera de ella para poder llegar a este momento.
“Será un gran día para mí cuando salte a la pista de Daegu. Espero que en mi país se sientan orgullosos”, estimó Oscar Pistorius, que participará en los 400 metros y los relevos 4×400 metros.
Aunque su clasificación para el Mundial ha conllevado una lluvia de elogios y felicitaciones, su presencia también ha reavivado la polémica sobre si sus prótesis metálicas en las piernas pueden suponer una ayuda para lograr mejores tiempos, desvirtuando así la igualdad de los participantes.
Hay quien estima que las láminas de carbono en forma de pata de felino le suponen un perjuicio en las salidas, pero otros creen que eso se compensa más que de sobra en la segunda parte de las carreras, como había señalado la Federación Internacional (IAAF) en 2008 cuando le vetó en sus competiciones.
Pistorius lleva cuatro años de batalla para poder competir con las estrellas olímpicas y no sólo con las paralímpicas.
Sus prótesis, fabricadas especialmente por una empresa islandesa para atletas amputados, son “resortes elásticos pasivos” y no tienen influencia en los tiempos, estima el sudafricano en su página web.
Según sus explicaciones, no es cierto que le permitan dar zancadas más largas, ni cansarse menos, ni ahorrar energía metabólica, insistiendo que la mejora de su récord personal en casi medio segundo esta temporada (45.07) no tiene nada que ver con la tecnología, sino con una progresión deportiva por trabajo y esfuerzo.
El Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), ante la falta de evidencias científicas, decidió dar la razón a Pistorius y levantar el veto de la IAAF en 2008.
El atletismo tiene en el caso del sudafricano una prueba a su capacidad para integrar a los discapacitados en sus principales competiciones y Pistorius, que nació sin peronés y que a los 11 meses fue amputado de la parte inferior de las rodillas en ambas piernas, es la prueba de que casi nada es imposible.
A los 16 años empezó su carrera en el atletismo, tras una lesión jugando al rugby, y en unos años se convirtió en ‘Bladerunner’, el atleta de las láminas de carbono, un icono de la igualdad, que tiene cuatro medallas de oro en Juegos Paralímpicos, tres de ellas en Pekín-2008.
El sueño de Pistorius es estar en la cita olímpica de Londres-2012, el próximo año, y el Mundial de Daegu supone el perfecto ‘ensayo general’ para ese objetivo, en el que permanece centrado desde hace meses.
Las instancias deportivas “han trabajado para comprenderle como deportista y comprender también cómo se pueden abrir los campeonatos a una eventual integración de los atletas con una discapacidad”, subraya Sebastian Coe, presidente del Comité de Organización de Londres-2012.