Científicos de la Universidad de Chile están desarrollando una nueva estrategia terapéutica para combatir el Parkinson, enfermedad neurodegenerativa que afecta a más de 4 millones de personas en el mundo, y que aún no tiene cura.
Se trata de una terapia localizada en el cerebro, aplicada mediante la inyección de pequeños virus que transportan un gen terapéutico específico hasta las neuronas afectadas.
Las investigaciones, realizadas con apoyo de la Michael J Fox Foundation for Parkinson´s Research y la compañía Genzyme, son lideradas por el Dr. Claudio Hetz, del Centro de Estudios Moleculares de la Célula (CEMC) y las investigadoras Pamela Valdés, candidato a Doctor en Ciencias, y Gabriela Mercado, Dra. en Microbiología.
Utilizando ratones como modelo de estudio, los científicos han observado que mediante la inyección de un elemento llamado XBP1, las neuronas afectadas quedan protegidas de la enfermedad, ya que se reestablece el equilibrio en su interior, “proceso fundamental para la salud de las neuronas”, explica el Dr. Hetz.
El mal de Parkinson, que afecta a aproximadamente al 1% de la población mayor de 55 años, es la segunda enfermedad neurodegenerativa de mayor incidencia en la población, después del Alzheimer. Se produce de forma espontánea o bien, en el 10% de los casos, por alteraciones genéticas, como sucede con el actor Michael J Fox. Sin embargo, el deterioro es progresivo en todos los pacientes, debido a la destrucción de las neuronas dopaminérgicas, encargadas del control de los movimientos voluntarios.
“En un comienzo, la enfermedad se manifiesta con problemas para dormir, pérdida del olfato, y luego viene una etapa en que se dañan las habilidades motoras, y las personas empiezan a temblar cuando están en reposo. Esta enfermedad va degenerando con los años, hasta afectar a todo el cuerpo. Con ello, los pacientes quedan prácticamente inhabilitados para moverse de forma coordinada: se caen, no puede comer ni tragar, y presentan dificultad para hablar”, explica Gabriela Mercado. Sin embargo, las capacidades cognitivas no suelen perderse, salvo en ciertos casos más agresivos de la enfermedad.
Aunque suena extraño, la estrategia de aplicar virus terapéuticos se está utilizando en otras investigaciones a nivel mundial. No obstante, para llegar a su correcta aplicación, existe un largo camino de estudios y conocimientos que deben ser probados. Desde hace tres años que en el laboratorio de Estrés Celular del CEMC se indaga en la comprensión de la falla molecular que genera la enfermedad de Parkinson, y como esto conduce a la muerte de las neuronas dopaminérgicas. Esto, como antesala a un nuevo blanco terapéutico.
Según comenta el Dr. Hetz, en distintos modelos se ha descubierto que hay alteraciones en una proteína. importante “Una de las alteraciones más conocidas lleva a a acumulación de la proteína α-sinucleína, que se vuelve tóxica para la neurona. Y esto sucede tanto en el Parkinson que tiene origen familiar, como en el que se genera de forma esporádica”. Así, tal como ocurre en otras enfermedades neurodegenerativas, el problema del atochamiento del sistema de control de la calidad de las proteínas, provocando un deterioro neuronal, que en el caso del Parkinson, termina por afectar la producción de dopamina.