Con un primer tiempo espectacular en el que enloqueció a sus rivales, Luis Suárez se convirtió en el mejor jugador de la final de la Copa América Argentina-2011, disputada el domingo en Buenos Aires y en la que Uruguay logró el título por decimoquinta ocasión en su historia.
Suárez apareció por todo el frente del ataque celeste y solo pudo ser controlado por faltas por los defensas guaraníes, que nunca pudieron encontrarle antídoto a sus regates y a su potencia.
El delantero del Liverpool inglés, de 24 años, coronó un comienzo arrollador de Uruguay en la final, que arrinconó a su rival contra su área del inicio mismo del partido, disputado en el estadio Monumental de Buenos Aires ante más de 45.000 espectadores, en su gran mayoría uruguayos.
Suárez apareció a los 11 minutos para abrir el camino hacia el título. Recogió un balón en el vértice del área paraguaya contra le derecha, dejó su marcador por el camino y remató cruzado de zurda para batir al portero Justo Villar.
Este fue el vigésimo primer gol de Suárez con la celeste en 48 partidos disputados.
Suárez siguió enloqueciendo a sus rivales y pasada la media hora tomó un balón, encaró hacia el área paraguaya, y cedió a su compadre Diego Forlán, al que dejó sólo ante Villar pero el portero paraguayo le ahogó el grito de gol.
Igualmente Forlán tendría su recompensa a los 41 y 89 minutos para marcar los dos tantos restantes de la goleada de Uruguay, que conquistó así la Copa América por decimoquinta vez y convertirse en el máximo ganador de la historia, dejando a Argentina con catorce títulos.