Miles de manifestantes se congregaron el viernes en Egipto para una jornada de movilización, punto culminante de una semana de actos por un cambio político ante la creciente frustración de los egipcios frente al ejército, que tarda en reformarse.
Más de 28 grupos llamaron a manifestarse para incitar al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) -que dirige el país desde la caída del presidente Hosni Mubarak- a realizar las reformas que reclaman.
En El Cairo, miles de contestatarios se dirigieron hacia la plaza Tahrir, epicentro del movimiento que tumbó a Mubarak en febrero, donde se llevan a cabo sentadas desde hace una semana, constató la AFP.
Un imán llamó durante su oración musulmana semanal a juzgar a los policías responsables de la muerte de manifestantes en los últimos 18 días de revuelta que condujeron a la caída del ex dirigente, pronunciando una oración en su memoria, informó la agencia oficial Mena.
Los manifestantes que participaron en esta jornada, llamada “viernes de la última advertencia”, reclamaron un plan claro y transparente para la transición del poder, acusando a los militares de controlarlo totalmente.
El gabinete anunció por su parte, en un comunicado, que envió ambulancias y medicamentos a Tahrir para ayudar a las personas en huelga de hambre.
Sancionar a los policías juzgados responsables de la muerte de manifestantes durante el levantamiento popular de enero y febrero y a los hombres fuertes del antiguo régimen, redistribuir las riquezas y poner fin a los procesos militares de civiles figuran entre las principales reivindicaciones de los manifestantes.