Aaron Eccleston seguramente no pensó que su expulsión durante el partido que jugó por su equipo, Wanderers Melbourne, daría la vuelta al mundo, debido a la inusual causa de la determinación referil.
El jugador aficionado recibió un pelotazo en el bajo vientre, lo que le causó un intenso dolor, por lo que tuvo que ser asistido por el cuerpo médico del equipo, tras lo cual el juez descubrió que Eccleston tenía un piercing en sus genitales.
Debido a lo anterior, el árbitro le pidió que se quitara el elemento apelando al reglamento que impide llevar algún tipo de joya o amuleto por cuestiones de seguridad, exigiendo al jugador que abandonara el campo de juego para quitarse el aro.
Pero el referí, sospechando que no le había obedecido, llevó al deportista a los camarines donde comprobó que no se había quitado el piercing, por lo que le mostró la tarjeta roja expulsándolo del campo, ante la incredulidad del técnico y un pequeño número de espectadores.