El jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, debilitado por una humillante derrota en las elecciones municipales, sobre todo en su bastión de Milán, deberá movilizar a sus tropas el martes y enfrentarse a la justicia, que examina nuevamente el escándalo sexual “Rubygate”.
“Humillación”, “desplome” o “ciclón” son algunos de los titulares este martes con los que los diarios italianos describen la histórica derrota electoral de Berlusconi en las elecciones locales, no sólo en Milán, sino en más ciudades.
Las urnas castigaron al jefe de gobierno de norte a sur, en Nápoles, Cagliari, Trieste y Novara, feudo este último de su controvertido aliado Liga Norte, que retrocedió notablemente.
“Ahora le toca ocuparse de los problemas de los italianos”, sentenció Vittorio Feltri, director de Libero, uno de los diarios más cercanos al multimillonario político, tras pedirle reformas y abandonar sus líos judiciales.
Berlusconi, quien reconoció el lunes en la noche la derrota desde Bulgaria, donde se encontraba en visita oficial, deberá hacer un ajuste de cuentas dentro de su partido, Pueblo de la Libertad (PDL), fuertemente dividido en varias corrientes.
“Las derrotas triplican mis fuerzas”, comentó con su habitual optimismo, convencido de poder superar una de las jornadas más negras de su vida política, iniciada en 1994.
Para algunos observadores, durante la reunión convocada para este martes del PDL, Berlusconi podría designar como su delfín al ministro de Justicia, Angelino Alfano, un joven político siciliano.
Por ahora, uno de los tres coordinadores del PDL, el ex ministro de Cultura Sandro Bondi, anunció su dimisión y es posible que otros asesores sigan su ejemplo.
Otro consejero cercano al primer ministro, Giuliano Ferrara, propuso que se celebren primarias dentro del partido para identificar candidatos y líderes, receta que garantizó la victoria de la izquierda.
Para muchos observadores, no se corre el riesgo de una caída del gobierno, ya que ninguno, ni la izquierda ni la derecha, está interesado en que se convoquen elecciones anticipadas.
“Nadie está listo. La oposición de izquierda no tiene ni un proyecto claro ni un líder indiscutible”, comentó el politólogo francés Marc Lazar.
Para la mayoría de los editorialistas, los electores enviaron un mensaje claro de “desaprobación” a Berlusconi, tras un año de escándalos sexuales y procesos judiciales por corrupción que han afectado negativamente la popularidad del multimillonario político y la imagen internacional de Italia.
A la jornada negra de Berlusconi se suma la celebración de una audiencia en Milán (norte) por el escándalo sexual conocido como caso Ruby, en el que está acusado de prostitución de menor y abuso de poder.
El magnate de las comunicaciones, que durante ocho años evitó presentarse ante los jueces por sus numerosos líos judiciales, eludió también comparecer este martes a la segunda audiencia por el caso “Ruby”, el más difícil ya que está acusado de un delito infamante.
Berlusconi, de 74 años, es acusado de haber pagado los servicios sexuales de Ruby, apodo de la joven marroquí Karima el Mahrung, cuando tenía 17 años y de haber intervenido ante la policía de Milán para que la liberaran después de que fuera detenida por robo la noche del 27 de mayo de 2010.
Durante la audiencia los abogados defensores de Berlusconi, la mayoría parlamentarios, impugnaron a los jueces milaneses por considerar que no son competentes para juzgarlo, ni por territorio ni por el delito de que lo acusan.
Según su abogado, el primer ministro intervino ante el arresto de la joven por razones “institucionales” debido a que pensaba que la chica era sobrina del ex dictador egipcio Hosni Mubarak.