Si eres fanático del séptimo arte y te consideras un espectador exigente, entonces pon atención, porque esta semana se dio a conocer una seria denuncia en contra de los cines que, durante su conversión a digital para exhibir películas 3D, comenzaron a ofrecer una calidad deficiente en las películas tradicionales (2D).

El tema fue puesto en palestra por Ty Burr, crítico de cine del The Boston Globe, quien tras asistir a los últimos estrenos, se extrañó al notar que las películas lucían mucho más oscuras de lo normal. De hecho, hasta un 85% más oscuras según los especialistas en proyección de Boston Light & Sound.

Burr indagó con distintos empleados de cines locales hasta enterarse de que luego de cambiar sus antiguos proyectores de celuloide por proyectores nuevos digitales compatibles con cintas 3D, los encargados simplemente no retiran de la máquina los lentes especiales que proporcionan el efecto tridimensional, oscureciendo las películas 2D.

Pero el crítico de cine se dio cuenta de algo más: la razón del problema se encuentra en los proyectores de cine Sony 4K, debido a que usan un complejo sistema de lentes externos cuya remoción o instalación -dependiendo de la película- resulta engorrosa. Tan engorrosa que requiere no sólo conocimientos técnicos del empleado, sino tener acceso a claves de seguridad que se validan a través de Internet, las que, de ingresarse en forma incorrecta, pueden bloquear la máquina. Por este motivo, muchos administradores de cines optan por dejar puestos los lentes de forma permanente.

Un empleado, a condición de anonimato, explicó que las películas 3D usan un filtro polarizador especial que alterna rápidamente entre 2 imágenes, logrando el efecto tridimensional. “Cuando estás proyectando un film normal en 2D, tienes que sacar ese filtro. No hacerlo es una estupidez porque estás agregando un gran polarizador que absorbe el 50% de la luz”.

De hecho hay una forma sencilla de comprobarlo: si miras al proyector en la parte de atrás del cine y ves 2 haces de luz uno sobre otro, se trata de un proyector 3D con los filtros puestos. En cambio, si sólo ves un haz de luz, significa que los lentes fueron retirados o que se trata de un proyector digital normal, marca Christie o Barco.

La situación llamó la atención incluso de los propios cineastas. Es el caso del director Peter Farrelly quien, durante la avant premiere de su comedia “Hall Pass”, se quejó formalmente tras comparar la calidad de la proyección en una sala sin los lentes especiales, a otra donde se dejaron puestos.

“Entre a esa sala donde apenas se podía ver y sentí un revoltijo en el estómago. La primera proyección se veía espectacular mientras que la segunda se veía tan oscura que las escenas de día parecían ser de noche. Si hacen esto durante una ‘avant premiere’, no imagino lo que harán durante una proyección normal. Esa no es forma de ver una película”, afirmó a The Boston Globe.

Pero, ¿por qué Sony usa este sistema tan deficiente? Según explica Burr, la firma nipona captó demasiado tarde el auge del cine en 3D hacia 2009, por lo que en vez de diseñar nuevos proyectores, decidió implantar un sistema externo de montaje de lentes. Consultada al respecto, Sony se negó a hacer comentarios.

Y existe un punto adicional. Sony está ganando una mayor participación en el mercado debido a que tiene acuerdos con las cadenas de cines donde les provee el proyector gratuitamente, a cambio de que le regalen espacio publicitario previo a la película para promocionar sus productos.

“Me siento como si le estuvieramos sirviendo al público carne de paloma cuando habían pagado por comer pollo”, explicó el empleado del cine.

Curiosamente, el público no parece tomarse la molestia de quejarse por el problema, o incluso de percatarse de él. “Tenemos esa tendencia pagar nuestra entrada, atravesar la puerta, comprar palomitas y sentarnos a ver algo. No vamos a ponernos de pie e irnos así nada más porque ya pusimos demasiado esfuerzo en llegar hasta ahí”, explica Chapin Cutler, de Boston Light & Sound.