Chile no renunciará a las centrales termoeléctricas ni hidroeléctricas, pero aplicará “con toda la fuerza” la legislación ambiental para fiscalizarlas, dijo el sábado el presidente Sebastián Piñera, en alusión al proyecto HidroAysén que contempla 5 represas en la Patagonia.
“No podemos renunciar a los proyectos termo e hidroeléctricos”, aseguró el mandatario durante su cuenta anual ante el Congreso, comprometiéndose a
aplicar “con toda la fuerza la legislación, normas ambientales y las tecnologías modernas”.
Según Piñera el país debe “compatibilizar el necesario cuidado del medio ambiente con la igualmente necesaria energía para el desarrollo” y “no
podemos decir que necesitamos energía, consumirla abundantemente y, al mismo tiempo, oponernos a todas las fuentes que la generan”.
La construcción de las represas es un emprendimiento conjunto de la española Endesa -controlada por la italiana Enel- y la empresa chilena Colbún, suponiendo una inversión total de más de 7.000 millones de dólares, incluida una extensa línea de transmisión de más de 2.000 km.
La reciente aprobación ambiental de Hidroaysén causó un fuerte rechazo nacional, con miles de personas protestando tanto en Santiago, con más de 40.000 manifestantes, y en otras ciudades del país.
El proyecto, que generará 2.750 megavatios y cuya aprobación ambiental será impugnada por grupos defensores de la Patagonia, comenzaría a construirse en 2014.