Las autoridades sirias denunciaron el jueves las sanciones impuestas por Estados Unidos al presidente Bashar Al Asad por la represión sangrienta contra los militantes opositores en su país, en momentos en que se preparaban nuevas manifestaciones para el viernes.
Por su parte, la periodista del canal de televisión Al Jazeera Dorothy Parvez aseguró este jueves haber sido testigo de torturas infligidas a los presos de la cárcel siria donde ella misma pasó tres días, antes de ser trasladada a Irán.
Mientras tanto, las fuerzas de seguridad y el ejército seguían interviniendo contra los bastiones opositores en Homs (centro), Banias (noroeste) y Tal Kalaj (oeste), donde fueron ultimados ocho civiles.
En su primera reacción, tras anunciarse el miércoles sanciones estadounidenses contra el presidente Bashar Al Asad y sus allegados, Damasco afirmó que las mismas “sirven el interés de Israel”.
“Condenamos las medidas norteamericanas (…) que forman parte de una serie de sanciones impuestas por los sucesivos gobiernos estadounidenses en detrimento del pueblo sirio, en el marco de planes regionales destinados ante todo a servir a los intereses de Israel”, según una fuente oficial.
Estados Unidos decidió sancionar directamente al presidente sirio y a otros seis líderes del régimen, por su papel en la represión sangrienta contra los manifestantes opositores en el país, anunció el miércoles el gobierno del presidente Barack Obama.
Dichas sanciones son “decisivas para incrementar la presión sobre el gobierno sirio a fin de que detenga la violencia contra su pueblo y entable la transición hacia un sistema democrático”.
“Asad debe liderar una transición democrática o partir”, según el texto. Su eventual renuncia “es una decisión que pertenece (…) al pueblo sirio”, añadió en un comunicado.
Además del presidente, otras seis personas fueron sancionadas: el vicepresidente Faruk al Shara, el primer ministro Adel Safar, el ministro del Interior Mohamad Ibrahim al Shar, el ministro de Defensa Ali Habib Mahmud, el jefe de los servicios de inteligencia militares Abdul Fatá Qudsiya, y el director de la seguridad política Mohamed Dib Zaitun.
Las sanciones consisten en el bloqueo de cualquier propiedad que posean en Estados Unidos, así como cualquier propiedad “en posesión o en control de estadounidenses relacionados con los individuos designados”.
Desde que se inició la movilización, las autoridades sirias han atribuido la violencia a “grupos criminales o terroristas” que, según ellas, tienen vínculos en el exterior de Siria.
Mientras tanto, los periodistas de los medios de comunicación extranjeros no pueden circular libremente por Siria, donde las autoridades censuran la información sobre los disturbios.
Por su parte, Parvez contó haber oído “ruidos de torturas salvajes” en el centro de detención sirio en el que estuvo.
“A cualquier hora del día o de la noche, se escuchaban ruidos de golpes, gritos y alaridos”, dijo. “Nadie llevaba uniforme, nadie tenía nombre, nadie tenía responsabilidades (…) muchos hombres actuaban como bandidos”, agregó.
Pese a la represión, la página Facebook de “Syrian Revolution 2011″ instó a los manifestantes “por la libertad” a la unidad y llamó a nuevas manifestaciones el viernes en todo el país.