Integrantes del Comité de Defensa por La Greda manifestaron su preocupación por la futura instalación de la Central Térmica Río Corriente en el sector de Ventanas.
El proyecto que tiene un inversión de más de 1.000 millones de dólares y que se aprobaría este año, ha sembrado un clima de tensión entre los habitantes de la zona Puchuncaví-Quintero, y es que ya manifestaron su absoluta desaprobación al emplazamiento de la industria.
La nube tóxica que afectó a los alumnos de la escuela de La Greda y el hallazgo de metales pesados en el mismo establecimiento, fueron precedentes suficientes para que integrantes del Comité de Defensa por La Greda denunciaran este hecho casi inevitable.
Los pobladores denunciaron que el proyecto se aprobaría, teniendo como marco normativo un plan de descontaminación que data de 1992 y que tiene como referentes solamente a Gener y Codelco, sabiendo que actualmente existen más de 10 industrias en la zona.
Ante esto, Alex Bernal, vocero de la agrupación, señaló a La Radio que la estatal ya entregó una cuota de emisiones a Río Corriente, como una forma poner celeridad a la instalación de la central.
En este sentido, acusó que el Estado juega un doble rol, ya que por un lado rechaza la generación de emisiones nocivas para la comunidad, pero por otro facilita el camino para el emplazamiento de este tipo de empresas.
A pesar de que el proyecto sufrió un retraso, según lo informado por Bernal, la firma Southern Cross pidió un periodo extra para entregar la información necesaria al comité de evaluación, y con esto seguir la tramitación del informe de impacto ambiental.
El consejero regional Lorenzo D’Arcangelli, acusó que debido a la intromisión del intendente Raúl Celis, ellos no han tenido facultad para apelar ante este tipo de instancias.
Sin embargo, según lo señalado por la directora del Servicio de Evaluación Ambiental, Magdalena Prieto, de acuerdo a la nueva modificación que se hizo a la institucionalidad medioambiental (Corema), los consejeros del Gobierno Regional ya no tienen ninguna injerencia en la aprobación o desaprobación de este tipo de iniciativas.
El proyecto contempla dos unidades de 350 MW cada una, que utilizarán carbón bituminoso como combustible y se emplazará en el sector de Puerto Ventanas a un kilómetro del sector costero, sitio donde será descargado el carbón que empleará el complejo para su operación.