El estatal Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) anunció este martes que abandonará temporalmente unas 20 hectáreas que ocupa de territorios indígenas, en los que pretende construir una planta hidroeléctrica, tras la visita al país del relator de la ONU James Anaya.
El anuncio lo hizo Franklin Avila, director del proyecto hidroeléctrico El Diquís, tras reunirse con Anaya, relator de la ONU sobre derechos de los pueblos indígenas, quien visita el país desde el pasado lunes.
“Vamos a retirarnos un tiempo, prácticamente a partir de ya. Estamos desmontando instalaciones ya que ha sido uno de los reclamos de los grupos (indígenas) para que esto no suponga una piedra en el zapato del proceso de consulta”, afirmó Avila.
La decisión de la empresa estatal supone la primera victoria del pueblo térraba, que se opone al plan de construir una enorme represa en 9.000 hectáreas de la zona sur del país, de las cuales 7.600 se encuentran en territorio indígena.
Al mismo tiempo, el ICE entregó al relator de la ONU el borrador de un proyecto para realizar una consulta a la comunidad indígena, de conformidad con lo que establecen las leyes del país y los tratados internacionales, informó el funcionario.
Anaya se ha reunido con representantes del gobierno, del ICE, de organizaciones civiles y de las entidades de la ONU en el país y este martes realizó una visita a Térraba, unos 250 km al suroeste de la capital, para hablar con los dirigentes comunales.
La planta El Diquís es el más ambicioso proyecto del ICE, con el cual busca aumentar la capacidad de generación en 630 megavatios, suficiente para atender la demanda interna de energía en las próximas décadas y vender excedentes a los países vecinos.
La institución invertirá más de 2.000 millones de dólares en la construcción de la planta, según los planes dados a conocer públicamente.