El relator especial de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, James Anaya, inició este lunes una visita de tres días a Costa Rica para examinar el impacto del proyecto hidroeléctrico Diquís en comunidades indígenas de la zona sur, informó la organización.
Anaya llegó a San José la noche del domingo y este lunes inició el cumplimiento de una apretada agenda, que incluye reuniones con funcionarios del gobierno, representantes de los indígenas, organizaciones de la sociedad civil y miembros del sistema de Naciones Unidas en Costa Rica, confirmó a la AFP un encargado de prensa de la ONU.
Para el martes está previsto que Anaya viaje al distrito de Buenos Aires, unos 200 km al suroeste de la capital, donde el estatal Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) proyecta construir la planta hidroeléctrica Diquís.
El proyecto que se construirá a un costo de 2.072 millones de dólares, será el mayor de su género en Centroamérica, con capacidad para generar hasta 630 megavatios a partir del año 2016.
Sin embargo, la represa que se prevé construir para el funcionamiento de la planta inundaría 7.600 hectáreas de la reserva indígena, obligando al desplazamiento de varias localidades, ha admitido la misma empresa estatal.
Los líderes indígenas reclaman no haber sido consultados por el gobierno, como establece la ley y los convenios internacionales que debe hacerse cuando una obra afecte los intereses de las comunidades autóctonas.
Anaya, quien estará en el país hasta el próximo miércoles, dijo mediante un comunicado oficial que espera poder “colaborar con el gobierno y los pueblos indígenas involucrados” y ofrecer recomendaciones” a la luz de las normas internacionales pertinentes”.
Después de su misión a Costa Rica, Anaya dará a conocer un informe público con sus principales conclusiones y recomendaciones, que será presentado al Consejo de Derechos Humanos de la ONU.