La investigación abierta a Lance Armstrong en Estados Unidos sobre una posible relación de uso de fondos públicos y dopaje tiene una ramificación europea centrada en el entrenador italiano Michele Ferrari, informó este jueves el periódico deportivo La Gazzetta dello Sport.
Nueve meses después del primer encuentro mantenido en la sede de la Interpol en Lyon entre los agentes estadounidenses y sus homólogos europeos, los investigadores llegaron al centro del problema en su aspecto financiero, señala el diario del grupo RCS (organizador del Giro y varias clásicas).
Las ramificaciones internacionales del sistema que estarían dirigidas por Michele Ferrari generaron una suma de unos 15 millones de euros.
La reunión de Lyon congregó a investigadores italianos, estadounidenses, suizos y españoles, explicó la Gazzetta dello Sport y añadió que las autoridades suizas colaboraron para que se pudiera acceder a sus cuentas bancarias.
Según el periódico, las investigaciones sobre las transferencias de dinero conciernen a Ferrari, quien fue entrenador de Armstrong durante mucho tiempo, antes de que el texano rompiera sus relaciones profesionales.
Ferrari, de 58 años, tiene una mala reputación desde que justificara en 1994 el uso moderado de EPO.
El Comité Olímpico Italiano (CONI) prohibió a sus ciclistas cualquier colaboración con él, con pena de suspensión.
La semana pasada, las pesquisas realizadas en el marco de una investigación dirigida por Benedetto Roberti en Padua encaminaron a dos corredores del equipo italiano Lampre, Michele Scarponi y Leonardo Bertagnolli, en el campo de entrenamiento en el Monte Etna.
La investigación estadounidense, que afecta a la posible utilización de fondos públicos para fines ilegales (agentes dopantes) se inició en la primavera de 2010, a raíz de las acusaciones de Floyd Landis, ganador Tour de Francia en 2006 y desposeído de su título, contra Armstrong y otros ciclistas.
Siete veces ganador de la ronda gala (1999-2005), Armstrong se llevó la prueba en seis ocasiones bajo el patrocinio de US Postal.
El texano, de 39 años, que dejó su carrera en enero, ha rechazado siempre las acusaciones de dopaje.