El Presidente Sebastián Piñera, junto al ministro de Justicia, Felipe Bulnes, dio a conocer este jueves en La Moneda una reforma al sistema penitenciario, que incluye la construcción de cuatro nuevas cárceles, que permitirán segregar a los condenados según su grado de peligrosidad.
El plan incluye dos nuevos recintos para presos de bajo riesgo; cada uno de ellos tendrá una capacidad inicial para 2.400 internos.
En sus dependencias se alojarán a los reos en pabellones o dormitorios comunes y tendrán espacial énfasis en la rehabilitación, ya que sus instalaciones ofrecerán la posibilidad de que el 100 por ciento de ellos trabaje.
Asimismo, se considera una tercera cárcel para internos de alto compromiso delictual, con máxima seguridad para albergar a cerca de 2.000 reos en celdas individuales y operará bajo un sistema interno riguroso.
El cuarto recinto será un Centro de Clasificación y Derivación de Internos, que tendrá una capacidad para congregar a unos 2.000 presos y recibirá a todo nuevo condenado durante un período cercano a los 30 días para estudiar su perfil.