El cine argentino demuestra su dinamismo con la presencia de ocho realizadores menores de 30 años en la competencia oficial del Buenos Aires Festival de Cine Independiente (Bafici), que se desarrolla hasta el 17 de abril.
Dentro de la selección argentina en el Bafici, sobre un total de 11 películas, siete de ellas están dirigidas por directores nacidos antes de 1980 y ocho son óperas primas.
El benjamín es Pablo Levy, de 23 años, que presentó Novias Madrinas, película realizada con su hermano Diego Levy, de 37 años.
“Lo único que comparten todas estas películas (de la nueva generación), es una profunda vitalidad y juventud. Una alegría por filmar”, dijo a la AFP el realizador Mariano Llinás, de 36 años.
Llinás, quien había impactado al público con Balnearios, se convirtió en una de las revelaciones de la última década con la notable Historias Extraordinarias (2008, Premio Especial del Jurado y Premio del Público del Bafici).
“Como es más barato, es más libre. Nadie te prohibe nada”, agregó Llinás.
Este director colaboró con Laura Citarella, de 29 años, en la realización de Ostende, un largometraje enteramente rodado con una cámara digital y presentado en la competencia oficial 2011.
Antecesores de esta nueva ola son los aún jóvenes del movimiento Nuevo Cine Argentino (NCA), aparecido en los años 90, con autores como Pablo Trapero (Mundo Grúa, 1999), Lucrecia Martel (La Ciénaga, 2001) y Adrián Caetano (Pizza, Birra y Faso, 1998), quienes desde entonces no han perdido su energía.
La crisis de 2001 parece haber multiplicado las vocaciones porque “los jóvenes se inclinaron hacia lo que les interesa realmente. Hacer cine ya no es una locura”, dijo a la AFP Matías Piñeiro.
Piñeiro, de 29 años, ya realizó dos largometrajes y ha ganado en 2010 el Premio Especial del Jurado del Bafici con su película Todos Mienten.
El joven realizador se autofinanció sus primeros filmes, con interrupciones temporales del rodaje cuando se quedaba sin dinero.
“Hice mi primera película con 10.000 pesos (2.450 dólares)”, contó.
Caracterizados por la libertad con la que filman y por desafíar las vías tradicionales e institucionales de producción estos jóvenes realizadores multiplican sus formas de experimentar.
“No hay algo que nos una a todos, es más una forma de producción”, analiza Piñeiro.
“No importa el dinero o la técnica. Se trata de hacer cine a pesar de todo”, analizó Rafael Filipelli, de 73 años, profesor de la cátedra de Historia del Cine de la Fundación Universidad del Cine (FUC) de Buenos Aires y considerado uno de los patriarcas del movimiento.
Filipelli dijo a la AFP que “hay dos pilares en Buenos Aires, el Bafici y la FUC”, que festeja sus 20 años.
Trapero integraba la primera promoción y de la escuela, que hoy cuenta con cerca de 1.000 alumnos, y de la que salen cada año una o dos promesas del cine.
En la capital argentina son contadas las salas de cine independiente, por lo que el festival, lanzado en 1999, ofrece a todos estos jóvenes la oportunidad de mostrar su producción.
“El Bafici me modeló. Aquí los jóvenes saben que tienen un espacio para que el mundo vea lo que han hecho. Es una ventana al mundo”, explicó Piñeiro.
Los Labios, de Iván Fund (24) y Santiago Loza (40), consagrados como mejores realizadores en el Bafici 2010, fue seleccionada para la sección “Una Cierta Mirada” del festival de Cannes.
Además de Citarella, Levy y Fund, los restantes cineastas menores de 30 años son Cynthia Gabrenja, Marcelo Scoccia, Nicolás Grosso, Matías Bringeri y Román Cárdenas.
El festival, que reúne a millares de cinéfilos cada año, vendió en 2010 200.000 boletos.
Durante la decimotercera edición del Bafici que comenzó el 7 de abril y termina el 17, se proyectan 462 películas independientes de todo el mundo.